La típica de escena del médico o el enfermero entreabriendo la puerta de la consulta para llamar al siguiente será cada vez menos frecuente en Galicia. En su lugar, se está generalizando un sistema multimedia basado en una máquina que da un tique con el número del turno y una pantalla que, colocada en la sala de espera, va indicando a quién le toca pasar. El sistema funciona ya en algunos centros, como en las consultas externas del Hospital Universitario de A Coruña o en el Abente y Lago. Ahora el Sergas lo quiere instalar en otras de sus infraestructuras sanitarias.

Para ello, ha sacado a concurso por 660.000 euros el suministro y la instalación de 54 dispensadores de tiques y 270 pantallas, a fin de implantar lo que denomina "sistema multimedia de cartelería electrónica y de gestión de turnos de espera". Deberá estar instalado en el plazo de uno año desde que se formalice el contrato. En la licitación no se especifica en qué centros se introducirá.

Este método, de acuerdo con la administración gallega, hace más racional la circulación de los usuarios que acuden a los centros sanitarios, permite una optimización de las consultas y facilita al paciente la información relativa a su turno, "garantizando en todo momento su privacidad". Además de los números correspondientes, en las pantallas se ofrecerá información multimedia sobre salud, noticias, avisos e incluso programación televisiva, según informan desde la Consellería de Sanidade.

El funcionamiento es muy sencillo. El usuario con cita, al llegar al centro sanitario, acude a la máquina que dispensa los tiques -denominada punto de información multimedia- y se identifica introduciendo su tarjeta sanitaria en un lector, o bien tecleando su DNI en la pantalla táctil del dispositivo. Automáticamente el sistema imprime un papel con un número de turno, la sala de espera a la que debe dirigirse y la consulta. Este mismo proceso se puede realizar también en el mostrador de recepción del centro correspondiente.

En paralelo, una vez que se realiza la identificación, el ordenador del facultativo que lo ha de atender recibe un aviso conforme el paciente ya está a la espera. Cuando llegue su turno, el médico efectuará desde la aplicación informática la llamada al usuario, que oirá un pitido y verá en la pantalla su número parpadeando. El sistema permite que los doctores sepan qué usuarios se han presentado y se ahorren las llamadas infructuosas a los que no fueron a su cita.

Pese a que el Sergas incide en la licitación en las bondades del sistema, cuando se implantó en algunos centros gallegos generó quejas de los usuarios. En primer lugar, algunas máquinas no leían las tarjetas deterioradas, de modo que la gente se agolpaba en los mostradores para obtener su tique. Y después, una parte de los pacientes protestaban porque los códigos entregados a cada usuario no son correlativos y solo aparecen los cinco siguientes, de forma que se exige atención constante a la pantalla y es complicado calcular cuándo llegará el turno.