El papa Francisco reconoció ayer que la Iglesia católica no ha hecho "lo suficiente" para defender a los menores de los abusos sexuales y ha reconocido su "responsabilidad" en "hechos gravísimos", por lo que ahora siente un deber mayor de proteger a los menores. Así lo especificó ante los participantes del congreso Dignidad del niño en el mundo digital, que contó con relatores de todo el mundo. "Han salido a la luz hechos gravísimos de los que hemos tenido que reconocer nuestra responsabilidad ante Dios, ante las víctimas y ante la opinión pública", subrayó el Pontífice. "Somos responsables", especificó.

Francisco indicó que "la Iglesia siente hoy un deber especialmente grave de comprometerse, de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad, tanto dentro de ella como en toda la sociedad y en todo el mundo". Además, arremetió contra los que ocultan estos delitos o no los denuncian. "¿No hemos entendido demasiado bien en estos años que ocultar la realidad del abuso sexual es un gravísimo error y fuente de tantos males?", cuestionó.

El Pontífice se mostró categórico al señalar que se trata de "crímenes contra los que hay que proceder con determinación, cooperando los gobiernos a nivel global". Además, dedicó gran parte de su discurso a la protección eficaz de los menores en el mundo digital al recordar que más de 800 millones de niños utilizan internet. Alertó, en este sentido, de que en la Red se están propagando fenómenos "extremadamente peligrosos" como la difusión de imágenes pornográficas "cada vez más extremas porque con la adicción se eleva el umbral de la estimulación".

Francisco advirtió, también, de que una sociedad con un "consumo anómalo de sexo" en internet no puede ser capaz de proteger "eficazmente" a los menores. "Sería un grave engaño pensar que una sociedad en la que el consumo anómalo de sexo en la Red se extiende entre los adultos será capaz de proteger eficazmente a los menores", señaló.

El Papa instó a no "subestimar" o "tratar de hacer olvidar" que también se dan problemas en los adultos y advirtió de "la difusión de una pornografía cada vez más extrema" que está causando "trastornos, adicciones y daños graves" y afectando a la "representación simbólica del amor y a las relaciones entre los sexos". Por ello, precisó que, aunque para los ordenamientos jurídicos se necesita un límite que distinga entre el menor y el mayor de edad, "eso no es suficiente". En este contexto, se refirió al fenómeno del sexting, un término en inglés que se usa para referirse al acto de enviar mensajes explícitos de contenido erótico o sexual desde un dispositivo móvil. "La intimidación que se da cada vez más en la Red representa una auténtica violencia moral y física contra la dignidad de los demás jóvenes", denunció.

El Pontífice argentino recordó, por otro lado, que la antigua difusión de pornografía a través de medios impresos era un fenómeno de "pequeñas dimensiones" comparado con lo que "está sucediendo hoy en día, de una manera cada vez más creciente y rápida, a través de la Red", e instó a no dejarse "dominar por el miedo" y a movilizarse para encontrar "el camino y las actitudes adecuadas que ayuden a dar respuestas eficaces".

Francisco también se refirió al profundo impacto que las imágenes violentas y sexuales tienen en las dúctiles mentes de los niños y aludió a "los trastornos psicológicos" que después "se manifiestan en el crecimiento". Finalmente, alertó de que los programas de bloqueo en ordenadores y otros aparatos no son suficientes para impedir que los menores accedan a esos contenidos, y llamó a despertar la conciencia sobre la gravedad de los problemas y desarrollar leyes apropiadas para controlar el desarrollo de la tecnología, identificar a las víctimas y perseguir a los culpables de crímenes.