"No conocemos cuál es la diversidad real de los insectos, ni la distribución de las especies en Galicia, solo conocemos una ínfima parte porque no hay estudios concretos", avanza el experto en Biodiversidad, Biogeografía y Conservación de Invertebrados de la Universidade de Santiago Andrés Baselga. "Todos tenemos la impresión de que hay menos insectos que antes; la gente ve menos saltamontes en los prados, menos vacalouras... aparentemente están descendiendo a nivel global y eso parecen indicar los datos, pero no sabemos si es una percepción real".

El investigador, crítico con la falta de datos, es el padre de varias especies de una familia de escarabajos, que Baselga describió y nombró por primera vez para la ciencia. Explica que en Galicia hasta ese momento se conocían solo medio centenar de especies. Cuando acabó su tesis, la taxonomía ya había aumentado hasta más de trescientas. Y no es un hecho aislado. "Ocurre en casi todos los grupos de insectos". Es decir, los insectos son tan importantes como desconocidos. Lo peor, para el investigagor y profesor gallego, es que hay investigadores bien formados en la diversidad de insectos que se van al paro ante la incapacidad de mantener sus líneas de investigación, al acabar sus tesis.

Actualmente hay 1,4 millones de especies documentadas en el planeta, lo que supone el 75% de los animales que conocemos. Pero se estima que existen al menos entre siete y ocho millones más sin identificar aún.

¿Se puede usar un grupo de invertebrados, por ejemplo, de grillos, como indicadores de la reducción de especies? La respuesta para Andrés Baselga es que no. "No se pueden hacer generalizaciones: cada grupo se adapta a circunstancias diferentes".