Estará el martes en el Parlamento, siguiendo la presentación de la iniciativa. Lamas confía en que los partidos den luz verde al texto para que inicie su tramitación.

-¿Con qué expectativas va?

-Por los contactos que tuvimos con los grupos esperamos que se muestren favorables -y esperamos incluso que lo hagan todos- a la toma en consideración para que se inicie la tramitación parlamentaria de la ley. Ninguno de los partidos nos confirmó formalmente el sentido de su voto.

-La Xunta se planteó ya legislar al respecto, pero lo paró por dudas sobre si entra es sus competencias. ¿No las tienen?

-Existen algunas opiniones en el terreno jurídico que no están seguras de que exista competencia plena, pero otras comunidades que tienen derecho civil propio como Galicia, tienen esta ley. Aquí ya tenemos leyes autonómicas que regulan cuestiones relativas a parejas de hecho o procesos de adopción. Por lo tanto, aunque haya que hacer una formulación de la norma apropiada, sin invadir competencias estatales, entendemos que hay espacio para que una ley gallega.

-¿Le sorprendería que algún partido votara en contra?

-Nos sorprendería porque no sería concordante con lo que nos manifestaron. Con independencia a las cuestiones de fondo del debate que se puedan introducir en el trámite parlamentario, todos se mostraron interesados en la iniciativa. Hoy en día no se entendería que una fuerza política desista o entienda que esto no es una cuestión que merezca un tratamiento normativo.

-¿Cuál es el objetivo de la ley?

-Pretende mucho más que proponer un régimen de custodia por defecto. Queremos que cuando se produzca un proceso de separación o de divorcio, la pareja recurra a unos mecanismos que ayuden a decidir cuál es el mejor sistema para ocuparse de los niños. Entendemos que cuando una pareja se separa, el derecho de los niños a seguir contando con el ejercicio efectivo de que su madre y su padre se ocupan de ellos no desaparece. Una custodia compartida, con independencia de que el reparto de tiempos y de responsabilidades sea una u otra.

-Introduce los acuerdos previos. ¿Qué son?

-Esta figura no está contemplada en la legislación estatal, pero sí en otras autonómicas. Es novedosa y muy importante porque favorece que las partes puedan poner un punto final a su convivencia de una manera previsible y confiando una parte en la otra, eso es muy importante. Este tipo de acuerdos previstos, que luego se puede ratificar, modificar o ajustar a las circunstancias ya delante del jueza, aportan mucha estabilidad a las partes

-Además de una ley, ¿se necesita informar más a la sociedad?

-La sociedad ya está preparada y constatamos una evolución progresiva en este sentido. El papel del hombre y la mujer se va equilibrando en relación al cuidado de los niños, y en las comunidades que disponen de este tipo de normativa, que impulsa la conciliación, el acuerdo entre las partes y un régimen de custodia compartida tiene un incremento muy notable. En Cataluña y en País Vasco está siendo espectacular. Si desde los poderes públicos se facilitan y disminuyen las trabas que existen y transmiten a los jueces que el modelo social preferente y preferible es el modelo de corresponsabilidad parental, nosotros constatamos que la sociedad está lista. Lo comprobamos en los meses de recogida de firmas, que mucha gente se espera que esto sea lo natural y otra tanta se sorprende de que no sea el modelo que normalmente se prevé en los divorcios.