La salud sí entiende de género. No solo algunas enfermedades tienen mucha más incidencia en un sexo que en otro -el tumor de mama o la osteoporosis en ellas y la EPOC o el cáncer de pulmón entre ellos- sino que ante una misma patología, hombres y mujeres también presentan diferencias: desde la edad a la que suele desarrollarse hasta incluso tener síntomas distintos ante un mismo problema. Por ello desde diferentes organismos, entre ellos la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuestan desde hace años por integrar las perspectivas de género en la salud pública para "tener en cuenta las diferentes necesidades del hombre y la mujer en todas la fases del desarrollo de políticas y programas". Los expertos alertan de que tomar las enfermedades de forma generalizada, sin apreciar diferencias por género, puede llevar a la demora en el diagnóstico: un ejemplo serían las mujeres que no aprecian que lo que les ocurre es un infarto ya que los síntomas no son los que habitualmente se asocian con esta patología o los varones que ante un bulto en el pecho no le dan importancia porque creen que el cáncer de mama es cosa del sexo femenino.

Las diferencias entre hombres y mujeres llegan en algunos casos incluso a los efectos que puede causar un medicamento. Hace solo unos meses, expertos reunidos en la 68 Jornada de la Fundación para la Investigación en Salud, que se celebró en Madrid, denunciaban que las mujeres tengan menor presencia en los ensayos clínicos de fármacos -la mayoría de las pruebas se realizan en varones- "a pesar de saber que los medicamentos pueden actuar en ellas de forma diferente". "Por ejemplo, las mujeres eliminan más despacio el paracetamol o los ansiolíticos y además, tienen un menor aclaramiento renal. Por tanto es un hecho que los efectos de los fármacos son diferentes", señaló en dichas jornadas el jefe de Farmacología Clínica del Hospital San Carlos de Madrid, Emilio Vargas.

Pero más allá del tratamiento más idóneo o de cómo abordar una patología una vez diagnosticada, los pacientes deben conocer que muchas enfermedades presentan síntomas diferentes si aparecen en hombres y mujeres y que no siempre son los más conocidos o los que se asocian por norma general a esta patología o dolencia.

Infarto. Esta patología cardiovascular se debe a la falta de riego sanguíneo en una zona del músculo cardiaco ante la obstrucción de una de las arterias coronarias, que provoca la muerte de parte del tejido cardíaco. Pese a que popularmente se asocia el infarto con dolor opresivo en el centro del pecho que irradia hacia el brazo izquierdo, en el cuello, en la espalda, sudoración, náuseas o problemas para respirar, en las mujeres presenta otros síntomas, lo que muchas veces hace que tarden más en solicitar asistencia médica. La Fundación Española del Corazón resalta en las mujeres, la sintomatología más común es "fatiga inusual, dificultad para respirar, sudor frío o dolor epigástrico". Sin embargo, el dolor torácico en las mujeres es "menos específico" que en los varones. Los expertos alertan de que el pronóstico es peor en mujeres que en hombres -el 52% fallece antes de llegar al hospital, frente al 42% de varones- debido a que tardan más en consultar el problema y éste suele aparecer de media unos diez años más tarde que en los hombres, lo que eleva el riesgo de sufrir otras complicaciones de salud.

EPOC. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) -una patología que provoca tos, fatiga, falta de aire y problemas musculares- era hasta hace unos años una dolencia mayoritariamente masculina, pero el incremento del consumo de tabaco entre las mujeres ha provocado que cada vez haya más casos entre féminas. Un estudio del Hospital del Mar de Barcelona revela notables diferencias en función de si el paciente es hombre o mujer. Ellas sufren más síntomas -especialmente disnea, es decir, presentan una mayor sensación de falta de aire- y más afectación muscular y lesiones causadas por la enfermedad.

Enfermedades de transmisión sexual. La gonorrea o la clamidia son algunas de las patologías que se transmiten por vía sexual más habituales y cuyos síntomas difieren en función del sexo del paciente. La infección gonocócica, causada por la bacteria neisseria gonorrhoeae, es mucho más visible en los varones. A los pocos días del contagio, los hombres sienten dolor al orinar, segregan una sustancia amarilla o verde por el pene y pueden tener los testículos inflamados. En las mujeres, los síntomas -dolor al orinar y en el bajo vientre o dolor al mantener relaciones- pueden ser tan leves que la infección pase desapercibida. Algo similar ocurre con la clamidia, causada por la bacteria chlamydia trachomatis, y que en las mujeres se traduce en flujo vaginal anormal y dolor al orinar o durante el sexo y en los hombres, en dolor o picazón en la abertura del pene e inflamación de los testículos.

Anorexia. Este trastorno de alimentación se incluye dentro de las patologías que popularmente se han feminizado aunque ya hay un 10% de afectados a nivel mundial que son varones, según un estudio de la Universidad de Montreal, que revela que a la hora de la detección de la patología hay que tener en cuenta que hombres y mujeres no llevan a cabo las mismas estrategias para perder peso. "En lugar de recurrir a vómitos, ellos tienden a desarrollar otros comportamientos como la obsesión por el ejercicio y hay más casos de comportamientos cruzados con depresión y consumo de drogas en los varones", indica el estudio. Los expertos aseguran que los chicos también reaccionan antes y mejor en las primeras fases del tratamiento que ellas.

Trastorno de angustia. Varios estudios concluyen que este trastorno, caracterizado por ataques de pánico inesperados y repetidos, afecta al doble de mujeres que hombres y además los síntomas son diferentes. Mientras que en las mujeres el pánico se presenta normalmente como problemas para respirar, en los varones aparece con síntomas gastrointestinales acompañados de sudoración excesiva. Además, mientras en los varones este trastorno aparece antes (entre los 15 y los 24 años) en las mujeres se desarrolla entre los 35 y 44 años.

Depresión. La Sociedad Española de Psiquiatría revela que esta patología afecta más a mujeres que hombres: una de cada cinco, frente a uno de cada diez varones. Eso sí, según el National Institute of Mental Health, ellos suelen presentarse más cansados e irritables que ellas y presentar síntomas físicos como insomnio o dolor de cabeza.