Catedrático en Fisiología de la Universidade da Coruña (UDC) y director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia, Javier Cudeiro, impartió ayer en el Rectorado una charla sobre la estimulación cerebral no invasiva, es decir, "qué posibilidades tenemos de cambiar el funcionamiento del cerebro sin necesidad de hacer cirugía".

- ¿De qué trata la estimulación cerebral no invasiva?

-Se realiza a través de métodos no como la electricidad o ultrasonidos. Pueden ser muy beneficiosos porque ayudan al tratamiento de enfermedades neurológicas y psiquiátricas muy importantes como la depresión, el dolor de tipo nervioso o los trastornos obsesivos. Es decir, enfermedades que tienen un gran impacto en la sociedad, tanto a nivel personal como familiar.

- ¿Cómo se emplean estas técnicas?

-Hemos creado el Centro de Estimulación Cerebral no Invasiva de Galicia, una empresa para aplicar a los pacientes los hallazgos conseguidos en el laboratorio. Se hace un buen diagnóstico del paciente y después se aplican las técnicas mediante equipos específicos de estimulación cerebral y estimulación magnética transcraneal -aplicación de pulsos magnéticos a través del cráneo que son capaces de alcanzar el cerebro y crear electricidad-. Esta estimulación magnética transcraneal funciona, por ejemplo, con pacientes que padecen depresión, de forma que la electricidad revive la zona del cerebro apagada.

- ¿Existen más estimulaciones además de las mencionadas?

-Está también la estimulación transcraneal por corriente y la transcraneal por ultrasonido. Todas ellas modifican el estado del paciente para mejorar la enfermedad y producir el cambio que buscamos.

- ¿Para qué otro tipo de patologías se utilizan?

-Siempre pongo el ejemplo de la depresión porque es donde tenemos más casos. El trastorno obsesivo compulsivo y el dolor neuropático también se pueden tratar con estas técnicas, además de rehabilitación de accidentes vasculocerebrales y alucinaciones auditivas como la esquizofrenia. Últimamente se utiliza mucho para el tratamiento de adicciones.

- ¿Estas técnicas están pensadas para llevarse a la sanidad pública?

-Sí, claro. El objetivo es llevarlo a la sanidad pública. De momento no se ha introducido en Galicia, pero en otros sitios sí se ofertan, como en Madrid o un centro de Badalona, el Instituto Guttmann.

- ¿Cuándo se da cuenta una persona de que su cerebro está empezando a fallar?

-Actualmente hay mucho interés en el mundo por responder a esa pregunta, pero yo no tengo la respuesta. Se están buscando los biomarcadores, es decir, qué marcadores hay que te digan que tu cerebro es un cerebro normal y cuándo deja de serlo. Es muy complicado tratar esta línea.

- ¿Cómo se distingue el envejecimiento del cerebro con la aparición de patologías o demencias?

-A nadie le extraña que cuando uno envejece, sus músculos también lo hagan. Sin embargo, cuando uno piensa en el envejecimiento del cerebro, muchas veces se relaciona con patología. Esto no es cierto, ya que se puede crecer perfectamente con la alteración de sus capacidades lógicas. El acto de envejecer no es sinónimo de demencia o de tener problemas cognitivos.

- ¿Hay alguna pauta para cuidar el cerebro?

-Hay que tener activo el cerebro. Una buena forma es leer, realizar crucigramas o jugar al ajedrez. Cualquier actividad que mantenga el cerebro ocupado es buena. El ejercicio físico, el cuidado de la alimentación y mantener un hábito de sueño saludable son necesarios para el cerebro, además de no consumir tóxicos como drogas o alcohol.

- Las enfermedades neurológicas más conocidas a nivel social son la depresión, el alzhéimer y el párkinson. ¿A la neurociencia le queda todavía mucho por aprender sobre estas patologías?

-Queda muchísimo por conocer. La neurociencia ha aprendido de estas y muchas otras enfermedades, como el ictus, pero todavía no sabemos dónde están los límites. Lo que sí puedo asegurar es que queda mucho para conocer la causa de estas enfermedades y su cura.

- Queda mucho por conocer, y también por dar a conocer, para luchar contra los falsos tratamientos de embaucadores.

-Toda ayuda es indispensable para luchar contra la enfermedad y el sufrimiento de las personas. Cualquier terapia científica es buena, pero hay que luchar para evitar la pseudociencia, técnicas sin base científica que se venden como si la tuviera, ya sean falsas terapias que curan el cáncer o el rechazo a las vacunas. Ideas que suenan bien ante gente desinformada.