Cuando el Plan Bolonia llegó, las carreras cuyo número de matriculados caía cada año empezaron a temblar. El proceso de cambio de licenciaturas y diplomaturas a grados se saldó con la reducción de muchas plazas en estas titulaciones menos solicitadas y en 2011 la Xunta introdujo por decreto la necesidad de que las carreras sumansen al menos 50 alumnos en su primer curso cada año para que no peligrase su futuro, en aras a una mayor racionalización de la oferta y de su adaptación a las demandas del alumnado.

Pero a esta regla se escapan algunas titulaciones con baja demanda que, precisamente, se conservan porque están en peligro de extinción. No hay alumnos que hagan cola para matricularse y, en ocasiones, no superar la decena de estudiantes por curso, pero se consideran casi intocables en el sistema universitario gallego. Son las carreras singulares.

Si una titulación que durante tres años seguidos registre una matriculación que no llegue a los mínimos exigidos por la Xunta puede solicitar que se la declare singular. Sin embargo, necesitar cumplir uno de estos cuatro requisitos: dar cobertura a las necesidades del sistema escolar gallego, tener una fuerte vinculación a la especialidad del campus en que se encuentre, ser una carrera sobre lengua gallega o tener relación con alguno de los sectores que la Xunta considera estratégicos.

Las tres universidades han conseguido, por el momento, la declaración como singulares de ocho estudios. En la Universidade de Santiago hay dos relacionadas con las asignaturas que se cursan en el instituto. Hay que formar profesores de Xeografía y de Filoloxía Clásica y no llegan al mínimo de 50. En este curso se han matriculado 47 y 34 alumnos respectivamente. La tercera carrera singular de Santiago es Lingua e Literatura Galegas, que supera la cuota y llega este año hasta los 60 matriculados en primer curso.

Por la protección al idioma está también declarado singular el grado de Galego e Portugués: estudios lingüísticos e literarios que se imparte en la Universidade da Coruña, en la que el año pasado apenas se apuntaron seis nuevos estudiantes. En sus campus hay otras tres carreras estratégicas. Son Tecnoloxía da Enxeñería Civil, que registró 51 matriculados el pasado curso; Enxeñaría Naval e Oceánica, que tuvo 27; y Arquitectura Técnica, con 23.

En la Universidade de Vigo hay por el momento una única carrera singular, la de Enxeñaría dos Recursos Mineiros e Enerxéticos, que eligieron el pasado año 20 alumnos para comenzar sus estudios.

En total suman 268 alumnos y solo dos cumplen con el mínimo de 50 nuevos alumnos por año. Si bien son estudios protegidos, no vale dormirse en los laureles. El mapa de titulaciones que la Xunta cerró con las tres universidades hasta 2021 recoge que para cada carrera singular se debe elaborar un plan de mejor de la calidad "que se someterá periodicamente a evaluación". En la Universidade de Santiago algunas facultades ya se han puesto a ello aunque no hay plazos establecidos, ya que se hace de manera continua, ni se somete a control de la Xunta, apunta. Se trata de planes de evaluación internos que evalúan la calidad según los indicadores que marca habitualmente la universidad compostelana.