La nueva ordenanza de Mercados, cuyo primer borrador será aprobado mañana en el pleno, introduce normas de comportamiento y decoro que acaban con algunas de las costumbres más arraigadas de estos espacios urbanos, concretamente vocear los productos y los precios o sentarse fuera de los puestos. A partir de su aprobación, cualquiera de estas acciones será considerada falta leve y podrá ser sancionada con hasta siete días de cierre.

En la actualidad, Valencia tiene 16 mercados municipales, que son Algirós, Benicalap, Benimàmet, Cabanyal, Castilla, Central, Grao, Jerusalén, Jesús-Patraix, Mossen Sorell, Nazaret, Plaza Redonda, Rojas Clemente, Russafa, San Pedro Nolasco y Torrefiel.

Bajo el epígrafe 'corrección de la conducta comercial', el artículo 25 de la nueva ordenanza estable que "las personas vendedoras no podran vocear la naturaleza y precio de las mercancías, ni llamar o interesar de manera inusual a la correcta política comercial en la compra a la posible clientela". Así mismo, se prohibe "hacer publicidad de su puesto de venta en las zonas comunes ni en las puertas de los mercados".

Siguiendo con los vendedores, el texto explica que "las personas vendedoras no podrán de forma alguna estacionarse de pie o sentadas fuera de su respectivo puesto ni obstruir la libre crculación de la clientela", como "tampoco se podrán expender las mercancías fuera del puesto ni obstaculizar con ello la libre circulación por los pasillos".

En este sentido, se prohíbe igualmente, "instalar ningún tipo de canasto, caja u otros bultos fuera del puesto".

La ordenanza regula incluso la forma de relacionarse con la clientela y entre los propios vendedores. Establece, por ejemplo, que los clientes deben ser tratados con "la debida amabilidad y deferencia" y de la misma manera se prohíbe discutir, aunque sea de forma no violenta, con otros vendedores.

Por lo que se refiere a la estética de los puestos, las directrices son no poner rótulos fuera del puesto, evitar los altavoces y unificar criterios a la hora de colocar toldos en los puestos exteriores del mercado.

Y para que todo esto se cumpla, se ha fijado un régimen punitivo que establece sanciones desde el simple apercibimiento hasta el cierre de la parada. Se consideran faltas leves castigadas con apercibimiento y hasta siete días de cierre las citadas discusiones no violentas; la falta de limpieza de la persona o el puesto; colocar bultos en los pasillos o faltar al buen comportamiento y las huenas costumbres.

Son faltas graves sancionadas con hasta 200 euros y 30 días de cierre los altercados de orden público, la no colocación de los precios, no tener hojas de reclamaciones o hacer obras sin permiso.

Y se consideran faltas muy graves con sanción de hasta 300 euros, suspensión de la actividad hasta un año o pérdida de la concesión las ofensas graves a un funcionario municipal; los daños causados dolosamente al edificio; la venta de género en mal estado; o la cesión no autorizada del puesto.