Varios colectivos médicos y organizaciones de consumidores, que conforman la campaña No es Sano, mostraron ayer su preocupación por el "desorbitado" precio fijado para dos nuevos medicamentos contra la leucemia. En una misiva conjunta preguntan a las compañías qué criterios han empleado para fijar el precio de Kymriah de Novartis -475.000 dólares el tratamiento- y Yescarta de Gilead (373.000). También se interesan por la inversión de las compañías en I+D y las cantidades que se detraen por la inversión pública.