El teléfono que atiende las quejas y preocupaciones del profesorado registró en el último año un aumento de denuncias de docentes gallegos que solicitan amparo por acoso, insultos y amenazas de padres de sus alumnos. Si en el curso 2015-2016 solo un 10% de los que llamaron al Defensor del Profesor se quejaron por este motivo, en el año académico 2016-2017 el porcentaje subió hasta el 22%.

No solo han crecido las denuncias por el comportamiento de los padres hacia los docentes, sino también de los propios estudiantes. "Acoso, insultos y amenazas de alumnos" es otro de los motivos que lleva a los docentes a recurrir a este servicio de atención puesto en marcha por el sindicato Anpe. En el último ejercicio un 12% de los profesores que llamaron se quejaron de ataques por parte del alumnado (el año anterior había sido un 7% y en 2014-2015 solo un 2%). Un 28% confesó sufrir por faltas de respeto y un 20% admitió tener algún tipo de problemas para dar clase.

Julio Díaz, del sindicato Anpe, se refirió ayer en la presentación del informe del Defensor del Profesor a padres que intentan poner en contra a otros contra un profesor en concreto o progenitores que acuden al centro "en actitud beligerante" cada vez que existe un problema con sus hijos, desautorizando a los docentes delante de los alumnos.

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Díaz asegura que estas situaciones afectan a "la autoestima" y a la consideración que el profesor tiene de su trabajo. El 86% de los docentes que han utilizado el servicio telefónico -más de 200 profesores en total a lo largo del pasado curso- presentaban cuadros de ansiedad. La mayoría eran docentes de Secundaria (65%), aunque con un peso importante de Primaria (25%), según apuntó Díaz.

La tendencia en el ámbito nacional es similar a la gallega: el número de casos de acoso y violencia hacia los profesores aumentó un 15% respecto al año anterior, especialmente por parte del alumnado. La comunidad de Madrid es la que más demandas atiende, seguida por Galicia, Canarias y Murcia.

Díaz puso el foco en las familias para corregir el repunte de conflictividad en las aulas. El curso pasado se abrieron 1.010 expedientes disciplinarios a estudiantes (un 20% más que el año anterior), que representa el 0,34% del alumnado. Esta proporción se amplía en FP Básica, dos cursos para adquirir las destrezas mínimas de un oficio para alumnado que normalmente no termina la ESO. De 3.598 estudiantes en esta etapa se registraron 127 expedientes (3,5%).

Para ANPE es "alarmante" lo que ocurre en esta etapa, "con desmadres y faltas de respeto muy graves que a veces rozan la agresión". El sindicalista enseñó datos de la Fiscalía de Menores que constatan un aumento del 12% de delitos relacionados con jóvenes de edades tempranas, con casi 600 casos de agresiones de hijos a padres. "Todos los datos del informe del Defensor del profesor se ven reflejados en la sociedad", insistió desde el sindicato de docentes ANPE Galicia, Julio Díaz, quien ve "necesario" que la administración asuma "una reflexión" por el repunte de casos problemáticos en estas edades.