Las fiestas navideñas cada vez están más cerca y con ellas las largas listas de deseos de los más pequeños. Muñecas, juegos, bicicletas, coches, videojuegos, consolas... la carta a los Reyes Magosno tiene límites. Los padres se ven desbordados a la hora de elegir qué regalo es el ideal para sus hijos, ese que realmente ansían y que cumple sus necesidades. Psicólogos y pedagogos gallegos alertan de las consecuencias negativas que puede tener la obtención de regalos en exceso y que rompen con la extendida creencia de "cuanto más, mejor".

"Hay que terminar con la compra masiva de regalos, porque la amplia carga de juguetes sobrepasa los intereses de los más pequeños", señala la presidenta de la sección de psicología educativa del Colegio Oficial de Psicología de Galicia, Manuela del Palacio, quien añade: "Tienen tantos juguetes que no saben a qué prestar atención; cuantos más juguetes, no se lo pasarán mejor y no van a ser más felices". El presidente de la Asociación de Pedagogos de Galicia (Apega), José Manuel Suárez, asegura que a mayor satisfacción de cantidad de regalos, mayor insatisfacción provocará a la larga, ya que "si en algún momento el niño no obtiene lo que quiere, reclamará más y más", explica.

Para realizar una compra responsable y eludir poner todo a disposición del niño, los expertos consideran que es necesario seguir diferentes criterios para evaluar los objetos más demandados. La seguridad de un juguete "es un factor determinante, hay que evitar que contenga piezas pequeñas si el niño todavía no es consciente de que no se pueden introducir en la boca", afirma Palacio.

De esta forma, el juguete ideal tiene que estar adaptado a las capacidades del niño. "Los regalos deberían responder a los focos de interés que los padres quieran fomentar, ya sea el deporte, la música, las competencias informáticas, etc.", dice la psicóloga, quien asegura que "las capacidades del pequeño y la falta de actitudes sexistas son algo a tener en cuenta".

Las ganas de quererlo todo provoca que los niños pidan por la simple presión consumista. "Una cosa es el deseo del niño y otra que el deseo sea adecuado para el niño", diferencia Suárez.

La edad a la que están destinados los juguetes no se puede pasar por alto. "No es lo mismo un juguete recomendado para niños de tres años que para uno de diez", afirma el pedagogo, quien explica que "con tres años es apropiado regalar juegos de construcción, puzles, etc.; con cinco años, pelotas u objetos para realizar carreras; y con diez, puzzles más complejos, bicicletas, libros, cuentos, etc.".

Lejos de los juguetes tradicionales, las actividades no materiales son un regalo que está en auge en la actualidad. "Se recomienda vivir experiencias en familia, regalando así entradas para películas o para parques temáticos, por ejemplo", aconseja Palacio.

Si finalmente el regalo elegido para el niño es un videojuego, "el buen uso, la buena alimentación del tiempo y la supervisión de un mayor tiene que ser constante", recomienda la psicóloga educativa.

Rechazar los estereotipos

La pauta principal que unos padres tienen que seguir a la hora de comprar un juguete para su hijo es el criterio del propio niño, que es quien decide lo que le gustaría recibir por Navidad. "Los catálogos de juguetes están hechos para todos, pero tanto estos como los progenitores deben promover diferentes modelos alejados de lo conocido como tradicional", afirma Palacio.

Los padres tienen en su mano terminar con los diferentes estereotipos implantados en la sociedad. Es habitual ver en los anuncios y catálogos a las niñas con carritos de bebés, cocinitas o muñecas, todo ello tintado de color rosa. Por el contrario, los niños suelen estar relacionados con el color azul, los camiones o los superhéroes. "Los adultos son los que tienen que educar", dice la psicóloga, quien considera que "si queremos una sociedad tolerante, hay que terminar de una vez por todas con los estereotipos".

Un juguete es para divertir y entretener, por ello es fundamental reflexionar sobre lo que se compra. "Los progenitores tienen la misión de reflexionar acercar de los valores que quieren transmitirle a los más pequeños de la casa y, si es posible, que con esos regalos estos adquieran un aprendizaje y vayan más allá de los roles expuestos por la sociedad", explica Palacio.

José Manuel Suárez, por su parte, no cree que los catálogos sean un problema: "Son meramente comerciales y los niños todavía no focalizan los significados de la imagen que en ellos se proyecta". Para el pedagogo, "las capacidades son las que determinan lo que un niño quiere, no solo el sexo; hay niños con más fuerza, otros que hablan más, etc., por lo que todo va en la actitud de las personas".

Ante estas desigualdades, "si educamos bien desde la infancia, todo se verá de diferentes colores, no solo rosa y azul", concluye la presidenta de la sección educativa del Colegio Oficial de Psicología de Galicia, Manuela del Palacio.