En todos los campus, no solo en Galicia sino en el resto de comunidades autónomas, el curso 2015/2016 fue excepcional para los aspirantes a doctores.

Teniendo en cuenta las recomendaciones del Plan Bolonia, el Real Decreto 99/2011 limitó a cinco años el plazo para presentar las tesis a alumnos que hubieran iniciado estudios de doctorado regulados por normativas anteriores. Fue en el año 2011. Esto supuso que mucha gente que tenía las tesis aparcadas por distintos motivos agilizara el trabajo de investigación para terminar el proyecto y poder leer la tesis a tiempo, cumpliendo el nuevo plazo estipulado.

Esta exigencia por limitación temporal se percibió notablemente en las estadísticas. Tanto fue así que ese año se superaron las 1.100 tesis leídas en el conjunto de las tres universidades gallegas. En la Universidade de Santiago se alcanzó las 523 lecturas, una cifra muy superior a las 260 de media aproximadamente el resto de años. Pero 2015/2016 se comportó como una excepción, también en A Coruña y Vigo. En la institución académica coruñesa ese año se registraron 273 tesis leídas y en la viguesa, 367.

Desde la aprobación del Real Decreto 99/2011 por el que se regularon las enseñanzas oficiales de doctorado se establecieron en concreto tres años -y otros dos de prórroga- para los que preparan la tesis a tiempo completo y para los que combinan con un trabajo la realización del proyecto se fijan cinco años de base y dos prórrogas posibles: la primera de dos años y la segunda de un año.