La lotera Irene Otero Mosquera ya había apagado la pantalla de televisión, dando la suerte por esquiva con su administración, número 21 cuando una llamada la puso en alerta. Un cuarto premio, el 13378, allí vendido, repartía con diez décimos 200.000 euros. Además, su local era el único que había vendido esa numeración en Galicia. "Es muy buena noticia aunque solo sean diez décimos repartidos, porque el local es nuevo y queríamos estrenarnos con un premio grande", alegó. La ocasión mereció un simpático brindis con una botella de cava.

La lotera confirmaba que el premio se había quedado entre vecinos de Vigo. "Hay un grupo de tres o cuatro personas que llevan siempre ese número, pero no se conocen entre ellos", aseguraba Irene Otero, "ese número se juega en esta administración y los que lo llevan, apuestan por él en Navidad, para Reyes... y siempre". En esta ocasión, ninguno de los agraciados acudió a celebrarlo en la administración, tal y como confirmaba Otero a última hora de la tarde. Aún así, la mujer se mostraba ufana: "Siento ahora la satisfacción de dar un premio grande; es para lo que estamos en esto y hasta que lo consigues, es como si no te realizaras", aseguró ante las cámaras.

Pero no fue el único gran premio que salió ayer de una administración de Vigo. El número 18065, uno de los quintos premios de la Lotería de Navidad y el que primero salió del bombo, también ha sido vendido la ciudad. En concreto, en la calle Camelias, que se estrenaba en el reparto de un gran premio. Desde la administración viguesa que regenta Rafael Acea Lorenzo vendieron 18 series íntegras de este número al bar Lo que queda del día, ubicado en Salvaterra de Miño.

La suerte llegó por partida doble a una administración del Centro Comercial Gran Vía y a un bar de la avenida Castrelos. Ambos establecimientos repartieron dos quintos premios diferentes: el 00580 y el 22253. Y en los dos, con boletosexpedidos por la terminal. El caso de Samuel Posada es significativo. Tras quedarse en paro a raíz de una lesión de espalda, este joven de 27 años tomó las riendas de una administración hace poco más de un año. Para él era su segundo Sorteo de Navidad y ayer todavía le costaba asimilar lo ocurrido.

La historia se repitió en Castrelos. Los mismos números que habían dibujado una sonrisa en la cara de Samuel hicieron lo propio en la de Amelia Losada, propietaria del bar Pereiró. "Es el primer premio que damos en el sorteo de Navidad", reconoció la dueña de local de la calle Castrelos, tras regentarlo más de 40 años.

La alegría también llego a Porta do Sol y Lorient, dos comercios que se estrenaron en el Sorteo de Navidad después de varios años intentándolo. Juan Fernández y Pilar Carballeira, sus dueños, no podían ocultar su satisfacción por repartir un poco de suerte entre sus clientes.

El mismo número, el 58808, repartió varios miles de euros en una tienda de la calle Lorient, junto al estadio de Balaídos. Su propietaria puso a enfriar el champán cuando comprobó que uno de los décimos agraciados había sido sellado en su local. El hecho de que cada vez se expidan más boletos a través de la terminal dificulta localizar a los agraciados.

Otro quinto premio, en este caso el 22253, dejó dos décimos premiados en la administración del Alcampo de Coia, que el año pasado también repartió el mismo galardón. "Iba pasando el tiempo y ya no contábamos con tener suerte, pero al final nos sonrió la fortuna", apuntó Julia, una de las empleadas. El quinto premio 22253 también dejó 30.000 euros en el estanco de la carretera de Valladares de Carmen Abalde Comesaña, que se estrenó con un premio de Navidad tras más de cuarenta años trabajando. Aunque ayer por la tarde aún ninguno de los afortunados con alguno de los cinco décimos había hecho acto de presencia, la lotera se mostraba afortunada. "Estoy contenta aunque no sé si hay cinco premiados o los cinco décimos son de la misma persona", explicaba ya que los números también habían sido expedidos por terminal.