Luis Piedrahita disfruta de todas las etapas del año, no solo de la Navidad, a la que no considera más especial que el otoño. "Ahora no, pero antes la Navidad tenía algo de reencuentro extraordinario", dice. En estas fechas, en las que el humorista intenta "descansar y desconectar en la playa, pero con chimenea", Piedrahita recuerda momentos alegres de su infancia. "En mi casa había dos mesas, la de mayores y la de niños", señala, y añade: "La de los mayores tenía mariscos, vino y fruta escarchada; la de los pequeños, chocolate y refrescos; mi primo y yo nos encargábamos del contrabando".