¿Cuántos momentos de silencio tienes a lo largo del día? Esta pregunta la lanzó el profesor de la Universidad de Navarra, José Luis Orihuela, en una muy recomendable conferencia titulada ¿Qué nos estamos dejando en la cultura móvil? y que se puede encontrar en YouTube.

Pese a ser un gran defensor de las nuevas tecnologías, en su charla alertaba de los peajes que estamos pagando por vivir en una sociedad hiperconectada en la que los teléfonos móviles son los grandes protagonistas.

En otros artículos ya escribí sobre tres de los peajes a los que se refiere el profesor Orihuela. El primero es que los móviles están secuestrando nuestra mirada. Estamos más pendientes de lo que sucede en la pantalla del móvil que de lo que acontece en la vida real. Y a veces nos estamos perdiendo lo mejor.

El segundo peaje es que la tecnología elimina las distancias. Como utilizamos las mismas herramientas (WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter?) para comunicarnos con nuestros amigos, padres, profesores, conocidos, familiares o compañeros de trabajo creemos que podemos usar el mismo tono con todos y no es así. Es algo de lo que debemos ser conscientes e intentar modificar. Sobre todo los más jóvenes.

El tercer peaje es que con los móviles se han muerto las horas muertas. Cada vez que tenemos un segundo libre sacamos el teléfono, ya sea en el bus, en la consulta del dentista o hasta en el ascensor. Ya no tenemos tiempos muertos.

Tampoco tenemos horas juntas, alerta el profesor Orihuela. Las notificaciones han acabado con las horas juntas. Y estas son muy importantes para ser productivos. Las horas juntas ayudan a ser más productivos, pero también a reflexionar sobre nosotros. ¿Cuánto hace que no nos paramos un rato a pensar, a reflexionar sobre nuestras vidas? Todo va demasiado rápido.

Y para reflexionar también hace falta el silencio. Nos hemos olvidado de disfrutar del silencio. Parece que le tenemos pánico. No hay más que ver a todo el mundo por la calle con sus auriculares. ¿Cuántos momentos de silencio tienes a lo largo del día?

Usamos los móviles como una anestesia contra la soledad, reconoce José Luis Orihuela. Y tenemos que recurrir a nuestra red social para que nos rescate de ella.

Hemos llegado a tal punto que tenemos que sacarnos una foto en la playa o en un concierto y publicarla en Instagram o en Facebook para que de verdad creamos que estamos allí. Es más, si esas imágenes no reciben likes es como si no hubiésemos estado. Y refrescamos y refrescamos el móvil hasta que vemos los primeros me gustas. Es entonces, cuando hemos recibido el visto bueno de nuestro entorno, cuando ya podemos decir de verdad que estamos en la playa o en el concierto.

Es vital la soledad para pararnos un momento a pensar, a diseñar y a planificar nuestras vidas. ¿Dónde quieres estar dentro de tres años?, preguntó el profesor al público que estaba presente en la sala. Cómo vamos a pensar dónde nos gustaría estar dentro de tres años, respondió, si no somos capaces de sentarnos un instante a reflexionar sin el móvil en nuestras manos.

Toda esta nueva tecnología ha venido para quedarse. Y la que vendrá: inteligencia artificial, big data, internet de las cosas, realidad virtual...

Por eso hay que preguntarse cómo vamos a vivir con ella ahora que ya forma parte de nuestras vidas. Tenemos que ser conscientes de todos esos peajes que estamos pagando por vivir en una sociedad hiperconectada, sabiendo que los cambios que ha traído son ya irreversibles y que es en esa sociedad dónde vamos a vivir a partir de ahora.