No lo consideres un pescado pobre o típico únicamente de ciertos momentos. Se puede comer en cualquier época y constituye una buena opción para consumir las raciones de pescado semanales recomendadas por los especialistas (entre una y cuatro) porque contiene pocas grasas malas (menos del 1%) y una gran cantidad de nutrientes. Su precio no es muy alto, por lo que puede ayudarnos a equilibrar el presupuesto. Acude a un punto de venta adecuado y consulta al vendedor.

El bacalao común se denomina científicamente Gadus morthua y pertenece a la familia de los Gádidos (como el abadejo o el carbonero). Es una de las numerosas especies de peces migratorios que viven en los mares fríos del norte. Se alimenta de otros peces pequeños como el arenque y pueden alcanzar un tamaño grande (casi dos metros) y mucho peso (hasta 100 quilos). Formaría parte del denominado pescado blanco que forma parte de todas las dietas recomendadas por los especialistas.

Aunque son muchas las especies de interés comercial, su composición es similar y destacaría la presencia de agua, proteínas de alto valor biológico, minerales (potasio, sodio, calcio, magnesio, fósforo) y vitaminas (niacina, B 6 y ácido fólico), muy bajo contenido en grasa y que 100 gramos aportan unas 80 calorías.

Puedes encontrarlo fresco, en salazón, ahumado o congelado, entero, en rodajas o filetes. Es mejor comprarlo ya congelado, porque hacerlo en casa reduce sus propiedades nutritivas debido a la imposibilidad de realizar la congelación de manera adecuada. Para descongelarlo utiliza la nevera como primer paso o directamente en la cocción si lo vas a preparar hervido o guisado.

Interés especial tiene el aceite de hígado de bacalao, rico en ácidos omega 3 y vitaminas A y D, que se utilizaba como complemento para fijar el calcio en los niños de corta edad. Actualmente se usa menos porque su sabor es desagradable y cuesta mucho que se lo tomen, pero son muchas las personas que han disfrutado de su consumo en la infancia.

Se considera interesante para personas obesas porque tiene pocas calorías, para quienes padecen problemas cardiovasculares porque presenta pocas grasas saturadas o en la menopausia por su bajo contenido calórico en relación a sus propiedades nutricionales. Los hipertensos deben desalarlo adecuadamente para evitar un aporte de sal inapropiado que descontrolaría su control habitual.

Precaución especial si padeces alergia al pescado. Puede producirse una alergia cruzada entre bacalao, salmón, abadejo, trucha, atún, caballa y anchoa, por lo que si eres alérgico a uno de ellos, puedes serlo a los demás. Se cree que la produce alguna proteína presente y suele ser leve (tos, urticaria, etc...) pero puede desencadenarse un proceso grave (incluso una reacción anafiláctica).

Se puede consumir en crudo (sushi) o cocinarlo de maneras diferentes: a la brasa, con pisto, al pil-pil, a la riojana, en ensalada, carpaccio, buñuelos, a la sal, en empanada, etc... Te proponemos:

-Bacalao al horno. Pon en la base de un recipiente para horno un poco de aceite y cebolla en rodajas. Coloca encima los lomos de bacalao (con sal, perejil y ajo) y añade un vaso de vino blanco. Mételo en el horno y deja que se cocine unos diez minutos a 180º.

-Empanada de bacalao. Prepara la masa con medio kilo de harina, 200 mililitros de agua, un vasito de aceite, 40 gramos de levadura y sal. Amasa y deja en reposo una hora antes de estirarla. Para el relleno, rehoga en la sartén dos cebollas cortadas en tiras, unos dientes de ajo, un pimiento rojo pequeño y medio quilo de bacalao en trozos. Una vez cocinado, déjalo enfriar. Divide en dos partes (una menor que la otra) la masa y estírala con el rodillo. Coloca una parte en una bandeja de horno y añade el relleno frío dejando la masa en exceso por los bordes para poder cerrarla. Cúbrela con la otra parte de la masa y ciérrala. Píntala con huevo y haz las formas que te apetezcan. Hornea 30 minutos a 190º calentando por todas partes y 15 minutos a 170º sólo por abajo.

Prepáralo como quieras y no renuncies a su consumo porque no tiene contraindicaciones absolutas. Acostumbra a los niños a su sabor, porque empanado con ajo y perejil puede pasar por una milanesa y es una manera cómoda de introducir el pescado en su dieta.