Utilizar la grasa que le sobra al paciente en algunas zonas del cuerpo para dar más volumen a otras partes o reducir las arrugas. Esto es lo que permite la lipotransferencia, una nueva técnica de cirugía estética que, según expertos gallegos, se consolidará a lo largo de este año y que supone una "revolución" en el sector como en su día lo fue la liposucción, el láser o los microscopios que permitieron avances en la cirugía reconstructiva. "La principal ventaja es que al tratarse de grasa de nuestro propio cuerpo, es una especie de autoimplante natural y por tanto no hay riesgo de que se produzca un rechazo", sostiene el secretario de la Sociedad Gallega de Cirugía Plástica, el doctor José Luis Vila Moriente.

La lipotransferencia comenzó a probarse hace 20 o 25 años, pero la falta de tecnología adecuada impedía en la práctica su utilización. "En aquella época era algo muy rudimentario, muy tosco, pero ahora se ha avanzado en la tecnología necesaria y eso hace que cada vez haya más indicaciones o que se puede utilizar en zonas más delicadas como la cara", explica este doctor gallego, quien resalta que esta técnica no consiste en sacar de una zona y colocar directamente en otra sino que precisa de toda una serie de pasos para garantizar la seguridad del paciente y el buen resultado de la intervención.

La grasa sobrante suele obtenerse del abdomen, los muslos, los flancos o la cara interna de las rodillas. Una vez retirada debe pasar por varios procesos antes de poder volver a ser utilizada. "Hay que centrifugarla para que quede más compacta, retirar los remanentes de sangre y también es preciso pasarla por un dispositivo que la filtra. Todo esto hace que perdamos grasa por el camino", indica Vila Moriente, quien resalta: "Por ello no todo el mundo puedo someterse a una lipotransferencia. Una mujer muy delgadita pero con poco pecho, por ejemplo, no podrá aumentarlo con grasa de otras zonas de su cuerpo".

Aumento de pecho y glúteos y rejuvenecimiento facial son, por el momento, las cirugías estéticas en las que se puede recurrir a la lipotransferencia. En el caso de la cara, la grasa que se obtiene de otras zonas del cuerpo permite rellenar surcos y arrugas, realzar pómulos "y devolver a la piel tersura y luminosidad ya que una de las ventajas de usar la propia grasa del paciente es que mejora la calidad de la piel", señala Vila Moriente. "Para la cara solemos recurrir a la grasa de la cara interna de las rodillas", explica este doctor gallego.

La lipotransferencia también se utiliza en la cirugía de mama aunque, según los médicos, no se busca el mismo efecto que con las prótesis. "Es posible utilizar la grasa de uno mismo para aumentar el tamaño del pecho pero no se puede aumentar tanto como con las prótesis", señala Vila Moriente, quien aclara que normalmente la lipotransferencia en el pecho se usa más en reconstrucciones o para retoques pequeños. "Se utiliza para, por ejemplo, dar volumen a una zona concreta en la que falte. Es habitual tras una cirugía reconstructora por un tumor que igual tiene un trocito sin volumen y ahí utilizamos su grasa y retocamos", añade este cirujano gallego.

El aumento de glúteos - "una operación que cada vez tiene más demanda en zonas de Latinoamerica, Miami o ciudades del Mediterráneo por influencia de famosas que lo han hecho como Kim Kardashian o Beyoncé", dice Vila Moriente- es una de las grandes beneficiadas de la lipotransferencia ya que la grasa sobrante en zonas como la barriga o las cartucheras puede usarse para dotar de más volumen a las nalgas. "A estas operaciones habría que sumar otros usos de la lipotransferencia como corregir cuando una persona tiene el tórax muy metido hacia dentro, se puede rellenar esa zona, al igual que sirve para cicatrices o marcas de acné", explica este cirujano, quien recuerda que al ser necesario extraer grasa de los muslos o el abdomen, "las abdominioplastias y las liposucciones" también se engloban dentro de las cirugías vinculadas a esta nueva técnica que prevé se consolide durante este 2018.

Eso sí, este cirujano gallego reconoce que de momento los usos de esta técnica son puntuales. "No es que, de repente, cualquier operación de cirugía estética pueda hacerse con esta técnica", sostiene y advierte de sus pros y sus contras.

"No hay riesgo de reacción porque utilizamos grasa del propio paciente, pero hay que tener muy en cuenta de que zona se extrae la grasa ya que al engordar, ésta se comportará como lo hacía en su zona de origen, es decir, si una persona suele engordar en los flancos o en los muslos, esa grasa engordará igual al ponerla en otra zona del cuerpo", indica Vila Moriente, quien reconoce que también puede ocurrir que la grasa se reabsorba y sea necesario volver a intervenir. Para evitarlo, el paciente debe intentar mantener siempre el mismo peso.

Pese a que los expertos prevén que este 2018 sea al año de la consolidación de esta técnica, reconocen que hace cuatro o cinco años que ya se realiza en las clínicas gallegas. "No es algo que acabe de llegar y cada vez se conoce más por el boca a boca", aseguran.