En el mundo de la moda, ese negocio que cada segundo hace caja millonaria convirtiendo a cientos y cientos de miles de personas en el mundo en adictas a sus vaivenes y sueños, la presentación de las colecciones se viven aún como carreras en las que el corazón marcha frenético por llegar, marchar, quedarse o convencer. Dos de las propuestas -Roberto Verino y el betanceiro Jorge Vázquez- de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid, que ayer acogió su segunda jornada, echaron el guante para que las clientas lo recojan y apuesten por los brillos en sus elecciones para la próxima primavera-verano o el próximo otoño-invierno.

Roberto Verino llamó la atención con faldas y vestidos con los que convirtió a las modelos en contemporáneas sirenas. Fue uno de estos estilismos el que cerró el desfile en solitario, un vestido sin mangas y largo hasta el suelo con tonalidades rosas y doradas que portó la modelo Lucía López, descalza, la misma que protagoniza la campaña para esta primavera, que muy pronto estará en tiendas.

Con su propuesta, Verino homenajeó a la isla de Lanzarote, su tierra volcánica, sus lagos, sus flores; pero también al artista César Manrique, defensor a ultranza de la ínsula.

Por su parte, el betanceiro Jorge Vázquez presentó una colección para otoño-invierno donde se presentaron abrigos de piel, vestidos joya con brocados y lentejuelas; largos vestidos en blanco y fucsia, o esmoquin en negro, todo aderezado con pendientes maxi.