Los diseñadores emergentes tomaron ayer el relevo de los modistos veteranos y pusieron el broche final a la Mercedes Benz Fashion Week tras casi una semana de desfiles donde las principales firmas del país presentaron sus propuestas para el próximo otoño-invierno. Solo un par de marcas, entre ellas el gallego Roberto Verino -que fue pionero al hacerlo ya en anteriores ediciones- apostaron por subir a la pasarela la ropa que tienen actualmente en las tiendas para evitar que los clientes tengan que esperar casi seis meses para poder disfrutar de las prendas.

Antonio Sicilia fue el encargado de abrir el apartado para diseñadores noveles bautizado como Samsung EGO. Su colección Stendhal nace de la necesidad de "hacer físicas las sensaciones externas afloradas tras la visión de una obra de arte" y con ella busca crear prendas que reflejen las "distintas estéticas personales y los cambios drásticos de influencia por distintas épocas, culturas o raíces". Nino Babukhadia, la diseñadora detrás de la firma que lleva este nombre, también se inspiró en el arte para una colección donde, como es habitual, destacaron los patrones femeninos y los bordados hechos a mano. La joven modista apuesta por colores vibrantes, estampados y tejidos naturales.

Tejidos y formas particulares que rompen con la linealidad de las colecciones convencionales es lo que ofreció Anel Ayos sobre la pasarela, con modelos llenos de colores y elevados zuecos como zapatos. Por su parte, Celia Villaverde dividió su puesta en escena en tres partes: en la primera parte el progatonismo fue del denim o el terciopelo personalizado estampado con prendas de chasmere mink creando la imagen mas invernal de toda la colección. En el segundo bloque destacaron los trajes de paño y vestidos casual drapeados de tafetán de colores extravagantes. En el tercer y último bloque se potenció la imagen más fantasiosa y representativa de la marca con vestidos largos.