Javier, nombre ficticio, tiene trabajo, pero ¿en qué condiciones? Es médico de familia, terminó la residencia en mayo de 2017, y desde entonces ha pasado en 10 meses por más de 30 centros de salud y ha firmado "más de 40 contratos" en la provincia de Ourense. El mejor contrato fue para sustituir un mes a otro doctor durante sus vacaciones. El más pequeño, duró 17 horas, para cubrir a un facultativo que se puso enfermo. Lo peor aún está por contar. Admite que es "ilegal", pero ha trabajado 31 horas seguidas. ¿Cómo? Atendiendo de mañana a los pacientes de un centro de salud, y al terminar a las 15.00 horas, yéndose a un Punto de Atención Continuada, a hacer una guardia de 17 horas, y de ahí a primera hora de la mañana, de vuelta al centro de salud para pasar de nuevo consulta. "El Sergas nos ofrece encadenar consultas y guardias, a sabiendas de que es ilegal, hay quienes se niegan, pero otros no", explica. ¿Por qué? Porque temes ser "castigado" y que luego no te llamen con tanta asiduidad, explica Javier, quien rehúsa dar su nombre por temor a "represalias". "Sé que no es bueno para mí, ni para el paciente al que atiendo, pero necesito trabajar", expone.