La Real Academia Galega (RAG) alertó ayer del descenso del uso del idioma gallego por parte de la población, especialmente en los ámbitos urbanos y sus áreas de influencia, hasta el punto de que el castellano ya es la lengua materna mayoritaria en la comunidad. La brecha en la transmisión lingüística intergeneracional es cada vez mayor. "Estamos obligados a lanzar una voz de alerta, una voz que quiere ser alentadora, pero que no puede dejar de expresarse en tono de alarma. No pretendemos alimentar un discurso pesimista sobre el futuro del gallego, pero no podemos dejar de señalar los riesgos que corre nuestro idioma", destaca el coordinador del Seminario de Sociolingüística de la RAG y académico, Henrique Monteagudo.

El bilingüismo en Galicia dispone de una "vitalidad incuestionable", con más de 1,3 millones de gallegoparlantes, pero la tendencia es "negativa". Entre la población general, el 31% usa el gallego como idioma habitual y el 42%, las dos lenguas indistintamente y, con datos del CIS de 2016, la Academia asegura que el gallego es la lengua materna del 44,7% de las personas mayores de 17 años, frente al 30,7% que tiene el castellano o al 23,6% restante que se maneja en las dos. Pero si en el análisis se tiene en cuenta a la población más joven, desde los mayores de cuatro años -hasta los de 65-, entonces la lengua materna mayoritaria es el castellano (el 38% frente al 34% del gallego o el 28% de ambas), que además es el idioma que emplea habitualmente una mayor proporción en esta amplia franja de edad.

"Las generaciones más jóvenes están protagonizando un proceso acelerado de monolingüización en castellano a un ritmo que no preveían los resultados de los estudios previos", se recoge en el informe Lingua e Sociedade en Galicia. Resumo de resultados 1992-2016.

Las cifras reflejan además una situación de aparente paradoja, pues mientras por una parte mejoran las competencias lingüísticas de los gallegos en los dos idiomas, por otra se constata una brecha en la transmisión de la lengua gallega entre padres e hijos y unos usos decrecientes en la población más joven de la comunidad.

Este proceso es más evidente en las zonas urbanas, con mayor dinamismo económico y, también, con mayor densidad de población. Y la pérdida de peso del gallego tiene que ver con el desplazamiento de la población hacia los ámbitos urbanos y el vaciado del rural.

El mapa ha cambiado sustancialmente en los últimos cuarenta años, en la misma proporción en que se ha ido desvaneciendo el apoyo al idioma gallego.

"Uno de los problemas fundamentales de la lengua gallega, producto de esos cambios sociodemográficos, es la interrupción de la transmisión lingüística junto con la pérdida de espacios de uso que representa la monolingüización en castellano de las principales áreas urbanas, lugares de mayor dinamismo social, íntimamente relacionados con el prestigio de las lenguas", advertía ayer la Real Academia Galega con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna.

Con este diagnóstico, la RAG apela al conjunto de la sociedad, y en especial a sus líderes políticos y económicos, para garantizar el futuro del idioma gallego. "Conviene reconocer las dificultades del presente y los errores del pasado, pero sobre todo resulta imprescindible un compromiso sincero, una acción eficaz e iniciativas más ambiciosas por parte del Gobierno y del conjunto de las instituciones gallegas y de los distintos agentes sociales", concluye el académico de la entidad gallega Henrique Monteagudo.