Con una experiencia de más de diez años al frente de la gestión de grandes superficies comerciales en ciudades como Madrid, Vitoria o Sevilla, Ana López llegó a la gerencia del Marineda City de A Coruña en 2014. Consciente de que las niñas y jóvenes precisan conocer las "historias de mujeres que profesionalmente han llegado lejos" y así "tener referentes", López participará en la jornada eWoman Coruña en la que directivas de éxito contarán su experiencia profesional. La jornada se celebrará el 6 de marzo en el Hotel Meliá María Pita.

- ¿A nivel profesional ha tenido algún tipo de traba por ser mujer?

-Obviamente ser mujer lo hace todo mucho más difícil para poder dedicarte a una actividad profesional ya que muchas veces tienes que hacer muchos sacrificios en el camino porque a nivel personal, a nivel doméstico, seguimos siendo las que soportamos en una gran parte de los casos el peso de nuestras familias y eso siempre le añade dificultades. Sin embargo, a nivel profesional, yo no he encontrado realmente dificultades ni situaciones de desigualdad que haya tenido que superar. Tampoco tengo experiencia de abusos acoso o cualquiera de estas cosas que tan a menudo ocurren. No puedo quejarme, he tenido una trayectoria profesional dedicida por mí, libre y he llegado a donde yo he querido.

- Todavía hay muy pocas empresarias o mujeres en altos puestos de dirección. ¿A qué cree que se debe?

-Hay muy pocas y no estamos creciendo a los ritmos que lo hacemos en educación, por ejemplo. Las mujeres son mayoría en las universidades y luego no lo son ni en los puestos de dirección, ni en las empresas y hay sectores que son tremendamente preocupantes como puede ser el tecnológico. Afortunadamente vivimos en una región del mundo en el que la legislación es prácticamente igualitaria, no hace distinciones y pena los abusos de un género con respecto a otro, pero aún así en esta región las mujeres todavía tenemos que renunciar a muchas cosas.

- ¿Fallan las políticas de conciliación o cual cree que es el problema?

-Yo creo que la solución es que exijamos a los gobiernos que realmente haya políticas que favorezcan la incorporación de las mujeres y no necesariamente políticas de conciliación. Las políticas de conciliación lo único que hacen es perpetuar el rol de la mujer porque la conciliación es solo para la mujer. Cuando se habla de mujer se habla de conciliación y si se habla de conciliación, se piensa en la mujer y esto sigue perpetuando un rol sexista. Las mujeres necesitamos políticas igualitarias y la corresponsabilidad de los hombres. Sobre todo una cosa, incorporar a los hombres a la lucha. Hablar de igualdad es hablar de derechos humanos, de justicia social. No hablemos de hombres y mujeres, hablemos de personas. Necesitamos una perspectiva más integral. De alguna manera hay que hacerlo para que avance más rápido porque un estudio asegura que tardaremos 217 años en alcanzar la paridad y eso es mucho, yo quiero vivirlo en mi vida, que lo vean mis hijas. Hay que cambiar el enfoque. Pidamos la corresponsabilidad de los hombres, pero que no se sientan amenazados, que se sientan parte. No es cuestión de que lo que ganemos unos lo pierdan otros sino que lo ganemos todos. Es lo más justo.

- ¿A las mujeres en puestos directivos les cuesta visibilizar su trabajo más que a los hombres?

-Sí, muchas veces ocurre así. En mi caso participo en esta jornada no tanto para contar mi experiencia como porque creo que las mujeres tenemos que hacer visible nuestros logros y situaciones profesionales para que otras mujeres se atrevan a dar el paso y a tomar libremente decisiones con referentes en otras mujeres. Hay muchas historias de mujeres y necesitamos que sean conocidas para que nuestras niñas y jóvenes tengan referentes en los que mirarse.

- ¿Esto animaría a más jóvenes a encaminar sus pasos hacia el mundo de la empresa?

-Hay mujeres en puestos directivos pero todavía son pocas los referentes. El lenguaje del poder sigue siendo masculino y lógicamente conecta con el mundo masculino y el mundo masculino para según qué cargos buscan de los suyos porque es lo que conocen, no porque tengan nada contra nosotras. Necesitamos estar más en puestos de dirección porque cuando seamos más el mensaje que nosotras utilizaremos también llegará a mujeres y serán más mujeres las que opten por puestos. A lo mejor ahora no les seduce el mensaje que reciben desde la dirección de las compañías.

- ¿Cambia la forma de trabajar si quien lidera el equipo es un hombre o una mujer?

-En el equipo que dirijo hay más hombres que mujeres y lo que intento, desde mi ámbito, es vencer los automatismos sexistas que todos tenemos porque nos hemos educado en una sociedad patriarcal y muy sexista tanto a la hora de fijar la publicidad, en la selección de personal o en el reparto de tareas. Hay que hacer un esfuerzo en cada momento para que lo mensajes que salen no ayuden a esa discriminación porque lo tenemos grabado muy dentro y al final todos caemos. Por ejemplo, vemos a una mujer política y criticamos su aspecto físico y sale de manera natural. Hay que morderse la lengua y no reír esos chistes. Son los gestos los que consiguen que, al final, poco a poco entre todos cambiemos esa perspectiva.

- ¿Qué recomendaciones haría a las nuevas generaciones?

-A las mujeres que tengan sueños y los cumplan, que nunca la razón de ser mujer les impida alcanzar un sueño y, en general, que hagamos un esfuerzo por identificar esas conductas sexistas que todos tenemos. Y también que contemos historias de mujeres profesionales que han llegado lejos y se haga un esfuerzo por contratar a músicas que hay pocas en los conciertos, que hay muy pocas mujeres con premios literarios y muchas que escriben. El objetivo es que ayudemos entre todos porque el mundo es plural.

- Queda mucho por hacer, pero ¿el mensaje es positivo, hemos avanzado?

-Muchísimo, cuando yo me casé no podía abrir una cuenta bancaria sin permiso de mi marido. Mi hija nació en Londres y en el libro de familia no le correspondía la nacionalidad española porque el padre era británico y que fuera la madre no era suficiente. El mundo ha cambiado mucho. El mensaje es positivo pero ahora lo que hay que hacer es avanzar mucho más rápido.