La vicepresidenta de la cooperativa Feiraco, Carmen Rodríguez, aboga por "la educación, la ley y el respeto social" para combatir la desigualdad. Reconoce que, en los últimos años, se han dado "pasos relevantes", y reivindica el papel de las mujeres en la lucha contra los estereotipos de género. "Nosotras mismas debemos darnos el lugar que nos corresponde, reclamar espacios", subraya. Rodríguez aplaude encuentros como la jornada eWoman, que se celebrará el martes en el Hotel Meliá María Pita de A Coruña. "Se trata de que aprendamos unas de otras", apunta, y remarca: "Este tipo de iniciativas son siempre enriquecedoras".

-Es vicepresidenta de una gran compañía y además es una de las exponentes de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. ¿Ha tenido que trabajar más por ser mujer para llegar a donde se encuentra ahora? ¿Cree que le ha sido más difícil por tratarse de una empresa vinculada al sector ganadero?

-Es cierto que las mujeres del rural nos hemos visto históricamente limitadas en nuestras oportunidades por partida doble: en primer lugar por el hecho de ser mujeres, y en segundo por el hecho de ser del rural, donde hay mucha población envejecida y por lo tanto más cargas familiares. Si me pregunta si he tenido que trabajar más, por supuesto, como todas las mujeres, puesto que siempre se nos ha exigido una doble dedicación: ser trabajadoras, pero sin desligarnos del papel de madres, cuidadoras... En el sector que sea, también en este, el ascenso de una mujer a puestos de responsabilidad es difícil y lo reflejan las estadísticas, que indican que sólo 3 de cada 10 personas en puestos de responsabilidad en Galicia son mujeres. Eso evidencia la brecha que hay. Sin embargo, en Feiraco se ha hecho una apuesta muy decidida por fomentar la presencia de mujeres en puestos directivos, un compromiso que de hecho se materializó en la firma de un convenio con el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Es un compromiso para fomentar la presencia de las mujeres y también nosotras tenemos que ser cada vez más profesionales en nuestras explotaciones ganaderas pero también más partícipes en la vida de la cooperativa porque esto al final repercute de forma positiva. Nuestra cooperativa cumple medio siglo este año, pero siempre le ha dado visibilidad e importancia a la mujer, yo misma me he sentido siempre muy arropada y contamos con un Plan de Igualdad desde el año 2009, un trabajo que fue reconocido con el distintivo Igualdad en la Empresa del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

- Feiraco puso en marcha en 2013 el proyecto Mulleres de Seu , para fomentar el empoderamiento femenino, el desarrollo profesional y el liderazgo de las mujeres, dignificando su papel en el ámbito rural. ¿Qué acciones se integran en esta iniciativa?

- Mulleres de Seu incluye un intenso programa de acciones formativas y jornadas de trabajo dirigidas a favorecer la integración de las mujeres en la cooperativa y su participación en los órganos de gobierno. Promovemos la preparación profesional como empresarias y ganaderas, la formación personal, desde el punto de vista técnico, pero también emocional y de las aspiraciones, el empoderamiento, a través de la participación en la cooperativa y sus órganos de gestión, en las instituciones y en las organizaciones sociales; y el conocimiento de otras cooperativas e instituciones, para intercambiar experiencias y fomentar las relaciones. A veces a las mujeres nos falta ese pequeño paso, ese empujón y en nuestro medio rural dignificar nuestro papel es importantísimo. Esta iniciativa fue distinguida con el premio de Cooperativas Agroalimentarias de España en la categoría de igualdad de oportunidades.

-¿Cómo han sido esas experiencias en el rural?

-Nuestra apuesta pasa por derrumbar todos los estereotipos de género y avanzar por el camino de la igualdad y la responsabilidad social, con nuestra cooperativa como vínculo primordial. Hemos visto que la cooperativa nos da el marco perfecto de relación y el apoyo fundamental, sirviendo también como base o soporte para nuestra formación. Los pasos en el camino de la igualdad se hacen a base de gestos pequeños, pero que suponen grandes avances. Desde la puesta en marcha de Mulleres de Seu hemos impulsado más de una veintena de actividades, sobre todo de formación. El interés por participar por parte de nuestras socias es cada vez mayor y su implicación cada vez más decidida.

-¿Es compatible el éxito profesional con la vida familiar?

-La conciliación es posible, pero pasa por que las empresas asuman el éxito personal de quienes las forman como un éxito propio. Se trata de apostar por una nueva cultura sociolaboral y empresarial basada en la flexibilidad, el respeto y el compromiso mutuo. Este es el camino que hemos tomado en nuestra cooperativa, que cuenta ya con el Certificado de Conciliación EFR (Empresa Familiarmente Responsable). Eso en el ámbito profesional, y en lo referente al personal, veo perfectamente compatible tener una profesión y una vida familiar, tanto para hombres como para mujeres. Yo la igualdad la entiendo como eso, que aún con profesiones seamos capaces de organizarnos, de repartir las responsabilidades que al fin y al cabo es lo que corresponde a una vida compartida dentro de una unidad familiar.

-En los últimos meses se ha hablado mucho en los medios de comunicación, prácticamente a diario, de acoso sexual a actrices y esto ha animado a otras mujeres, de todos los sectores, a exponer sus casos. ¿Cree que estamos dando pasos hacia la igualdad?

-Claro que estamos dando pasos hacia la igualdad, sin ir más allá, pueden verse claramente en los avances en legislación y en el esfuerzo por visibilizar la desigualdad. La lucha contra la violencia de género es un ejemplo claro de ese avance. Pero que se estén dando pasos no implica que el camino esté andado. Queda mucho por hacer.

-¿Nuestra generación llegará a ver cumplido el sueño de una igualdad real?

-La desigualdad es un mal endémico que la educación, la ley y el respeto social tendrán que combatir para que la igualdad llegue pero necesita un tiempo. Creo que sí se han dado pasos muy relevantes desde luego, sobre todo en la conciencia de las propias mujeres. Nosotras mismas debemos darnos el lugar que nos corresponde, reclamar esos espacios. Tenemos que derribar de alguna manera los estereotipos de género que hay, y partiendo de esa base lo fundamental es que ya la mujer es consciente de que tiene que tener un papel más definido, un valor que desde la sociedad también se le está dando pero es lento. Habría que hacer matices, pero creo que se alcanzará cuando el compromiso sea activo y conjunto entre toda la sociedad. Cuando deje de ser un lema y se convierta en una línea de acción.