Somos polvo de estrellas. Esta frase, doblemente hermosa por su contenido poético y científico, se atribuye al genial científico y divulgador Carl Sagan. Esconde una gran realidad científica. Y es que al final de la vida de una estrella, ésta explota. Es lo se conoce como una supernova. En esa explosión se desprenden una gran cantidad de átomos, átomos que viajan desde las estrellas hasta nuestro planeta y pasan a formar parte de nuestras vidas. Son la materia prima de la que estamos hechos. Carl Sagan tenía razón: "Somos polvo de estrellas".

Hoy somos algo más que polvo de estrellas. Me gusta decir que "somos polvo de estrellas que mira a las estrellas". Grandes estrellas de la Ciencia como Carl Sagan o Stephen Hawking han mirado a las estrellas, se han sumergido en el fascinante paisaje interestelar y han logrado desentrañar algunos de los grandes secretos y misterios de este Universo en el que estamos inmersos.

EExploradores científicos. El conocimiento acumulado por generaciones de investigadores traza un mapa de lo conocido, cuya geografía podemos recorrer con mejor o peor fortuna. Pero en algún momento alcanzamos sus límites y ahí comienza el viaje de verdad. El científico conservador se detendrá justo en el límite. Pero en esencia, la búsqueda del conocimiento científico reside en aventurarse por esos caminos inexplorados, aún conscientes del riesgo inherente. Como apuntaba el gran físico y filósofo Gerard Holton: "El punto de partida en la Ciencia no es la objetividad, sino la creencia apasionada en algo que puede que no exista, pero que merece la pena buscar".

Hawking es un intrépido aventurero. Su curiosidad científica le llevó a explorar todos los rincones del Universo. En el año 2016, de la mano del centro de supercomputación Cosmos de la Universidad de Cambridge, anunciaba la puesta en marcha de un proyecto sin precedentes. Su gran objetivo era cartografiar el Universo, crear el mapa 3D más de tallado del cosmos desde el Big Bang. Este genial científico que nos acercaba el Universo desde una silla de ruedas, fallecía ayer 14 de Marzo a los 76 años. Ahora, desde las estrellas, será testigo excepcional de esa cartografía detallada del cosmos. Para siempre quedará su valioso legado científico y humano.

EEl misterio de los agujeros negros. Entre el legado científico de Hawking destacan sus contribuciones a la comprensión de los agujeros negros. Un agujero negro tiene una atracción gravitatoria tan grande que nada puede escapar, ni tan siquiera la luz, por eso lo vemos negro. Eso era lo que se pensaba. Pero Hawking sorprendió al mundo con sus teorías revolucionarias y disruptivas. En la década de los setenta predijo que de los agujeros negros -supuestamente pozos gravitacionales ineludibles- se escapaba luz, la denominaba "radiación de Hawking". Predijo que incluso con el tiempo el agujero negro podría llegar a emitir tanta radiación que se "evaporaría".

Esas predicciones generaron un gran debate en la comunidad científica. Si los agujeros negros se "evaporan" se destruiría la información que contienen. Es como si se quema un libro, se destruiría entonces su contenido y la información plasmada en sus páginas. Pero la información de un agujero negro no puede desaparecer. De acuerdo a la mecánica cuántica, un agujero negro debe mantener un registro permanente de información. Debe albergar información sobre la estrella de la que proviene, así como de cualquier materia u objeto interestelar que se haya tragado.

Se han formulado varias hipótesis al respecto para tratar de explicar esta aparente contradicción. El propio Hawking afirmó: "Propongo que la información no se almacena en el interior del agujero negro como uno podría esperar, sino en su límite, el 'horizonte de sucesos". Así se podría salvaguardar la información. También llegó a afirmar que incluso si un libro se quema podríamos reconstruir los mensajes y la información que contenía. Pero ni Hawking ni otros científicos lograron proporcionar una explicación convincente acerca de los mecanismos de supervivencia de esta información. Por eso se conoce como la "paradoja de la información" asociada a la radiación de Hawking. Como los más grandes de la Ciencia, Hawking desveló misterios y generó incógnitas; trazó nuevas rutas a explorar. ¡Así es su legado! En palabras del gran Pedro Miguel Echenique, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica: "Los grandes científicos no sólo resuelven problemas, también escogen los problemas a resolver".

EFrases para el recuerdo. Quedarán también para siempre en el legado de Hawking sus célebres, visionarias, apocalípticas y esperanzadoras frases. Cada vez que escucho al gran gurú tecnológico de nuestra era, Elon Musk, hablar de sus planes de colonización de Marte, ineludiblemente me viene a la mente Hawking. Ya hace años que este genial científico nos sugirió: "El nido del género humano es el planeta Tierra, pero ningún pájaro permanece para siempre en su nido". Hawking nos recordó en múltiples ocasiones que la raza humana deberá migrar en el futuro a otro planeta para poder sobrevivir.

A pesar de sus limitaciones físicas y de la enfermedad, siempre nos contagió de mensajes optimistas. "No son las prisiones eternas que alguna vez pensamos que eran; si creen que están atrapados en un agujero negro, no se rindan. Hay una salida". Este brillante mensaje, nuevamente de enorme belleza por su doble contenido científico y poético, hace alusión implícitamente a la "radiación de Hawking" que se escapa de los agujeros negros, al tiempo que nos insinúa que siempre habrá una puerta de escape a un problema.

Entre sus frases, alguna de mis preferidas son la que pronunció el día 21 de octubre de 1989 en el teatro Campoamor de Oviedo, cuando recogía el premio Príncipe de Asturias de la Concordia: "Nos guste o no, el mundo en que vivimos ha cambiado mucho en el último siglo, y probablemente cambiará aún más en los próximos cien años? Incluso si todo el presupuesto gubernamental para la investigación se suprimiese, la fuerza de la competencia entre las empresas traería avances tecnológicos." Sirvan estas líneas de homenaje al indiscutible Príncipe de las estrellas.