Facebook vuelve a ser reincidente. Hace seis meses, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) la multó con 1,2 millones -la sanción más alta que ha impuesto el organismo hasta ahora- por recopilar, almacenar y utilizar nuestros datos para fines publicitarios sin haber obtenido el consentimiento previo de los 22 millones de españoles que tenemos una cuenta en esta red social.

Esta semana, la AEPD la ha vuelto a multar con otros 600.000 euros por intercambiar nuestros datos con WhatsApp, aplicación que compró en 2014 por 17.740 millones de euros. Pagó 30 euros por cada uno de los 600 millones de usuarios que tenía la aplicación en ese momento.

La agencia explica que ambas empresas han cometido dos infracciones graves de la Ley Orgánica de Protección de Datos, por lo que las sanciona con sendas multas de 300.000 euros, el castigo más alto que puede imponer. "Una de ellas a WhatsApp, por comunicar datos a Facebook sin haber obtenido un consentimiento válido de los usuarios; y otra a Facebook por tratar esos datos para sus propios fines sin consentimiento", apunta el organismo. En este mundo de internet en el que vivimos los datos personales son el nuevo oro.

Pero ¿qué le supone a Facebook estas multas? ¿Le es más rentable pagarlas que cumplir las reglas? En primer lugar, este castigo de 600.000 euros provocará que la red social abone algo menos de 3 céntimos por cada uno de los 22 millones de españoles que estamos en Facebook. Poco parece.

Pero para saber el impacto real que esta multa va a tener en su bolsillo hay que ir a los beneficios que consigue cada año. Precisamente, a finales de enero publicó sus resultados de 2017. La red social de Mark Zuckerberg ganó 12.965 millones de euros, un 56% más que un año antes. Así que los 600.000 euros de la multa suponen el 0,004% de sus ganancias del ejercicio pasado. Es como si a un mileurista le quitasen 80 céntimos al final del año.

Los buenos resultados económicos de la red social se produjeron gracias al considerable incremento de los ingresos por publicidad, un 49% más. Unos ingresos por los anuncios que, en parte, los consigue porque tiene todos nuestros datos personales. Y si le faltaba alguno se los ha dado WhatsApp y solo le ha costado 600.000 euros de multa.

Las sanciones que atentan contra la protección de datos en España son de las más altas que hay en Europa, pero si a las grandes empresas solo les afecta al 0,004% de sus beneficios da la impresión que muchas cosquillas no les hacen.

Por ejemplo, este tipo de castigos tendría que imponerse según las ganancias de las compañías. Un 5% o un 10% de sus beneficios sería una buena cifra. Seguro que así, sí que hacen daño. Porque con la legislación actual, una pequeña empresa paga lo mismo que una gran multinacional. Y el daño que han causado no es el mismo. Otra idea sería que la multa fuese igual a los beneficios obtenidos por esa práctica ilegal más un recargo. Aunque esto, quizá, es más complicado de cuantificar.

Porque mientras a las grandes empresas les salga más barato pagar las sanciones que cumplir las leyes no hay nada que hacer.

Y, por último, las millonarias multas que pone la AEPD se las queda el organismo. No estaría de más que las repartiese entre todos los afectados. Porque los datos con los que ha comerciado Facebook son nuestros. No de la AEPD. Así que, al final, perdemos por las dos partes.