El Papa lamentó que se produzcan abortos cuándo el bebé tiene malformaciones y lo comparó con las prácticas espartanas más crueles que los asesinaban arrojándolos desde la cima de un monte.

"De niños en las escuelas nos enseñaban la historia de los espartanos. A mí siempre me impactaba lo que nos contaba la maestra, que cuando nacía un niño o una niña con una malformación lo llevaban a la cima de un monte y lo arrojaban para que así no hubiera niños con problemas. Nosotros, los niños, decíamos: '¡Qué crueldad!", señaló.

Francisco hizo esta valoración en la que no habló directamente de aborto en la homilía de la Misa que celebró en San Giovanni Rotondo, durante el viaje apostólico que realizó este sábado 17 de marzo con motivo de la celebración del 50 aniversario del fallecimiento del Padre Pío.

El Pontífice exclamó: "Hermanos y hermanas, ¡nosotros hacemos lo mismo! Con más crueldad, con más ciencia. Aquel que no sirve, que no produce, lo descartamos: esta es la cultura del descarte. Los pequeños no son queridos hoy. Y por ello Jesús es apartado".

De esta manera, el Pontífice argentino arremetió contra la cultura del descarte e instó a preocuparse por los pequeños de la sociedad, porque "quien cuida a los pequeños está de parte de Dios y vence a la cultura del descarte que, por el contrario, prefiere a los poderosos y considera inútiles a los pobres".