"No hay relación entre jugar a videojuegos violentos y tener conductas agresivas". Esa es la conclusión establecida por la Universidad Clínica Hamburg-Eppendorf de Alemania, tras realizar un experimento científico, cuyos resultados están publicados en la revista Molecular Psychiatry. En el estudio participaron 90 adultos de entre 18 y 45 años, divididos en dos grupos de control. El primero, jugaba al videojuego de mafiosos Grand Theft Auto V durante una hora al día. Se trata de uno de los títulos más violentos del mercado, en el que el jugador puede llegar a contratar una prostituta y después asesinarla para robarle su dinero, entre otras muchas barbaridades. Mientras tanto, el segundo grupo que participaba en este experimento no tenía ningún acercamiento a títulos de esa temática y jugaba a Los Sims -un juego de simulación social y estrategia- el mismo número de horas.

Durante ocho semanas, los participantes fueron resolviendo 280 cuestionarios sobre sus reacciones del día, para detectar comportamientos más agresivos de lo normal. En tan solo tres semanas, poco más del 1%, se detectaron inclinaciones violentas en los encuestados. Por ello, el estudio concluye diciendo que no hay datos que sustenten una conducta violenta por jugar a videojuegos de ese estilo durante un periodo de tiempo prolongado.

Parece ser que estos estudios no convencen en absoluto al presidente de EEUU, Donald Trump, que el viernes de la semana pasada se reunió con los principales representantes de la industria de los videojuegos para enseñarles una recopilación de vídeos donde se mostraban escenas violentas de productos como Call of Duty y Fallout.Fallout El motivo de la reunión era responsabilizarles por la matanza de 17 estudiantes del instituto de Parkland, en el estado de Florida, el pasado 17 de febrero, por el tiroteo del alumno Nikolas Cruz. A raíz de ello, el representante republicano Robert Nardolillo del estado de Rhode Island, propuso un gravamen del 10% para los videojuegos con la calificación de más edad. A tenor de las conclusiones de Universidad Clínica Hamburg-Eppendore de Alemania esa medida quizás no sea más que un impuesto al sol. Dice el proverbio que cuando se le señala a un tonto la luna, mira el dedo. A saber qué se diría cuando tal frase se enunció si se hubiera sabido que un político pretendió frenar los tiroteos en las escuelas, incrementó el precio de los videojuegos en vez de impedir el acceso a las armas.