"La gente nunca entendió la obra escultóricas de Joan Miró, porque en cierto sentido era un antiescultor. Pero su obra es la quintaesencia de la poética surrealista, y su producción marca un antes y un después en la escultura del siglo XX". Con esta reflexión, Joan Punyet Miró, nieto del genial artista, reivindica una faceta del creador catalán que, quizás por la magnitud de su obra como pintor, ha quedado oscurecida. Una situación que se trata de reconducir con la exposición Joan Miró, esculturas 1928-1982, que se abre hoy al público en el Centro Botín de Santander.

La muestra reúne por vez primera una selección significativa de obras de toda la producción escultórica del artista catalán, con numerosas piezas inéditas. Una exposición organizada por la Fundación Botín en colaboración con la Obra Social La Caixa.