Un conjunto de tablas unidas por cuerdas suelen ser la base de la mayoría de los puentes colgantes que, a pesar de las apariencias, soportan tu paso por ellas. Están construidos sobre ríos y su llamativo reside en su simpleza. Otro de sus atractivos es el paisaje, ya que las vistas desde el centro son todo un privilegio.

Si te gusta el senderismo y la naturaleza o simplemente eres el rey del postureo, ya tienes el plan perfecto para este fin de semana. Perfectos para ir solo y desconectar o incluso disfrutar con niños, estos son ocho lugares con encanto gracias a sus puentes colgantes:

Xirimbao (A Coruña). Este famoso puente colgante atraviesa el río Ulla a su paso por el coto de Xirimbao y Pontevea, zona que también se conoce con el nombre de Pasarela Mariola. Se trata de una construcción metálica que permite ver todo lo que sucede bajo los pies de quienes lo cruzan. Es un espacio perfecto para pasear, descansar e inmortalizar el paisaje que además ofrece llamativas cascadas. El puente colgante, que se realizó en el año 1964, fue ideado por José Darque para facilitar la pescar del salmón en el Ulloa ya que la zona conocida por esta actividad. De hecho, cerca de la construcción hay una estación ictiológica de cría y reproducción de esta especie.

Noia (A Coruña). A cuatro kilómetros del centro urbano de Noia, se puede cruzar el río Tambre por un puente colgante. Los que se atreven a cruzar la pasarela de rejilla metálica, pueden disfrutar del tranquilo paisaje visto desde el centro del río. Por otra parte, los amantes de la naturaleza y el senderismo tienen la opción de realizar la ruta de Ponte Nafonso-Tambre. Por otra parte, hay una empresa hidroeléctrica y un embalse a unos ocho kilómetros río arriba.

Outeiro de Rei (Lugo). El río más importante de Galicia también tiene su puente colgante en la provincia de Lugo. La construcción permite acceder a la Ínsua de Seivane, una pequeña isla formada en el centro del Miño. En la ínsula se puede disfrutar de una pequeña área de recreo y, además, bordearla gracias a un sendero.

Leiro (Ourense). El río Avia, a su paso por el centro del municipio de Leiro, tiene un bonito puente colgante al lado de un paseo que bordea el río. Si lo tuyo es el senderismo, hay una ruta que une Pazos de Arenteiro con Ribadavia pasando por este municipio. El sendero también nos lleva por el Monasterio de San Clodio (S. XIII) y los viñedos de la zona. Aunque si solo pensar en caminar ya te cansa, puedes acomodarte en la playa fluvial cercana al puente.

Cotobade (Pontevedra). El puente colgante de Calvelo no es apta para todo el mundo ya que la construcción se eleva varios metros sobre el nivel del río. Sin embargo, cruzar el río Lérez nunca fue tan emocionante. Si eres de los que no sufren de vértigo, podrás disfrutar de las vistas que ofrece el centro del puente, realizado con el clásico suelo de tablas de madera. Una vez en el medio del río, tienes aseguradas las mejores fotografías.

Soutomaior (Pontevedra). Este puente colgante, rehabilitado en el mes de mayo, está construido en madera y se eleva seis metros sobre el nivel habitual del río. La estructura, emplazada en la desembocadura del río Oitavén con el río Verdugo, cruza la profunda Poza das Bestas. Tras sacarte las fotos de rigor en el centro de la construcción, puedes disfrutar de una pequeña playa fluvial situada en uno de los laterales. Aunque si lo prefieres, también puedes seguir disfrutando del paisaje con la ruta de senderismo que te llevará a varios restos de antiguos molinos.

Oia (Pontevedra). El puente colgante de la zona de Acevedo de Oia está actualmente cerrado ya que está pendiente de gestionar su restauración. La construcción, perfectamente integrada con la naturaleza circundante, estaba formada por un suelo realizado con tablones de madera y, además, sus pasamanos eran troncos de árboles pulidos.