Saber la información sobre uno mismo que maneja Facebook ya está al alcance de cualquiera. Basta con entrar en el perfil, acceder a configuración y descargar el informe correspondiente. En solo unos minutos la red social envía al email un documento con todos los datos que maneja de esa cuenta. Cientos de archivos que deparan más de una sorpresa. La compañía de Mark Zuckerberg no solo almacena todas las publicaciones y mensajes enviados desde que se abrió el perfil sino que tiene información sobre la marca y el modelo de cámara con el que se han hecho las fotografías colgadas, la dirección IP de cada una de las conexiones a la red social e incluso el email y el teléfono de contactos del correo electrónico aunque no se tengan como amigos en Facebook.

El informe arranca según lo previsto. Los datos de Perfil son aquellos que en su día dio el propio usuario -dirección, lugar de trabajo, colegio en el que estudió o incluso situación sentimental-, pero como los hábitos en Facebook han cambiado con los años puede que haya quien no recuerde la moda de anotarse a cualquier grupo de temática graciosa y años después se sorprenda de pertenecer a la comunidad de Ir de cañas hasta las tres de la mañana no es salir o Señoras que sacan la silla a la calle y se montan su Sálvame Deluxe. Lo mismo ocurre en el apartado de Biografía, en él se puede ver con detalle la actividad del muro desde que se abrió la cuenta (mensajes de amigos, fotos colgadas o enlaces compartidos).

Pero a medida que se avanza en los archivos enviados por Facebook se descubre que cualquier acción en la red social deja rastro. De este modo, la compañía no solo sabe quiénes son tus amigos y en qué fecha concreta los aceptastes sino también a quién se eliminó, a quién se rechazó e incluso a qué amigos en principio se les ignoró y después se les aceptó. Todo con su día, mes y año correspondiente. Algo similar ocurre con los eventos. Facebook sabe, desde que se abrió la cuenta, a qué eventos el usuario dijo que asistiría, a cuáles marcó tal vez e incluso computa aquellos con los que no hubo interacción, es decir, a los que alguién invitó y el usuario nunca contestó.

Gran parte de la información de uno mismo de la que dispone Facebook se la ha proporcionado el propio usuario -con sus fotos, mensajes o likes-, pero los tentáculos de la red social son más alargados de lo que piensa la mayoría de internautas. El informe que ahora envía Facebook permite ver que la compañía no solo conoce en qué momento y desde que dirección de IP se sube una fotografía sino que almacena datos sobre la fecha real en la que se captó la instantánea, la marca y modelo de cámara o móvil desde la que se sacó e incluso si se ha modificado su anchura u orientación original. Además, el Gran Hermano de Facebook sigue con sumo detalle cada visita que el usuario hace a la red social. La dirección IP, la hora, el dispositivo desde el que se entró y si metió o no la contraseña para acceder a la cuenta son los datos que Facebook almacena en su particular memoria cada vez que se accede a la web.

Lo más inquietante del informe sobre la información personal que ofrece Facebook son los datos que la compañía tiene del usuario y que, a priori, no puede haber conseguido a través de la red social. De este modo al acceder a la pestaña de Información de contacto, más de uno se sorprenderá al encontrar el correo electrónico -y en muchos casos el teléfono móvil- de gente a la que no se tiene como amigos en Facebook. Lo que ocurre es que la red social ha accedido a los contactos del email vinculado a la cuenta -el que se utiliza para entrar en el perfil- y de este modo puede suceder que su madre o su padre no tenga Facebook, pero sí correo. En ese caso, la compañía de Marck Zuckerberg conoce el email de sus padres y si en algún momento lo vincularon al teléfono, también el número de su móvil.

Algo similar ocurre con las aplicaciones que, según reconoce Facebook, tienen acceso a información de contacto. Puede ocurrir que el usuario se sorprenda al descubrir que Instagram tiene sus datos pese a no contar con un perfil abierto o que ocurre lo mismo con firmas comerciales con las que jamás se ha hecho una compra online. De hecho, Facebook parece conocer al detalle los gustos de sus usuarios. El informe desmuesta que Facebook recoge cada clic que se hace en un anuncio -ya sea una promoción o un artículo de un periódico- y recopila la temática.

Tras la polémica sobre la filtración de datos, Facebook parece poner las cartas sobre la mesa acerca de la información que maneja. Ahora es cada usuario quien decide si continúa en esta especie de Gran Hermano o no.