Investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) vinculan las concentraciones de metales pesados del suelo con la mortalidad por diferentes tipologías de cáncer. Los datos, publicados en Environmental Geochemistry and Health y Environmental Science and Pollution Research International, y recogidos por la plataforma Sinc, se extrajeron del Atlas Geoquímico de España, publicado por el IGME en 2012, y de una base de datos con las 861.440 defunciones por 27 tipos de cáncer en los casi 8.000 municipios españoles entre 1999 y 2008.

Los autores cruzaron la información del tipo de suelo y la distribución geográfica de los tumores, aplicando análisis estadísticos y teniendo en cuenta la presencia de focos contaminantes locales o variables de tipo sociodemográfico que pudieran interferir en los resultados. De esta forma, han observado que, por ejemplo, hay una mortalidad más elevada en ambos sexos por cáncer de esófago en zonas con mayores concentraciones de plomo, y por cáncer de pulmón en reas donde había niveles altos de cobre.

"También hemos detectado que las mayores concentraciones en suelo de cadmio, plomo, zinc, manganeso y cobre se asocian estadísticamente con una mayor mortalidad por cánceres del sistema digestivo en hombres. Y en caso de las mujeres, una mayor mortalidad por cáncer de encéfalo en aquellas zonas con más contenido en cadmio", explicó el investigador del ISCIII y coautor del trabajo, Pablo Fernández.

Los datos también ponen de manifiesto una relación entre suelos con más cadmio y mayor mortalidad por cáncer de vejiga; así como terrenos con concentraciones elevadas de arsénico y más casos de fallecimiento por tumores cerebrales. "Esta investigación sugiere que la composición geoquímica del suelo, en especial sus metales, podrían estar influyendo en la distribución espacial y los patrones de mortalidad del cáncer en España, independientemente del contexto sociodemográfico", apuntó Fernández.