"La música no son fuegos artificiales", clamó Salvador Sobral tras su victoria en el certamen de 2017. Unas palabras que buscaban resaltar el poder de la melodía intimista y que parecían dar un giro a la dinámica del Festival de Eurovisión. Este año, en Lisboa, su ciudad natal, sí hay artificios. Incluso hay fuego, pirotecnia, mensajes reivindicativos, vampiros, actuaciones de ambiente futurista y mucha extravagancia. Un cóctel que tiene como resultado uno de los certámenes más ajustados hasta la fecha, y es que, a diferencia de años anteriores, todo puede ocurrir en la capital lusa.

Francia, Chipre, Noruega, Israel, Bulgaria, República Checa y Estonia parten como candidatas a llevarse el micrófono de cristal que los acredita como la mejor canción de Europa y recibir el apoyo de todo eurofan que se precie.

Los representantes españoles no se encuentran, a priori, entre los grandes favoritos, pero no han pasado desapercibidos. Los triunfitos Amaia y Alfred pisarán el escenario del Altice Arena en el "maldito" segundo puesto de la Gran Final -nadie ha logrado alzarse con la victoria actuando en esta posición- que se celebrará esta noche a las 21.00 horas. Tu canción, un tema que apuesta por la magia y sencillez de sus voces para tratar de conquistar el corazón de los europeos. Tras la polémica con la puesta en escena por parte de la delegación española -errores de realización, cambios de última hora y una prometida pirotecnia inexistente-, el dúo presentará su propuesta ante un público entregado y expectante, y es que los españoles son los segundos con más entradas obtenidas para el evento -tan sólo por detrás de los portugueses-.

Las apuestas, descontroladas

Las casas de apuestas llevan meses con sus predicciones y cambios de pronósticos a la hora de vaticinar quién será el ganador de Eurovisión. Todo un baile de países que ha provocado una total confusión entre los seguidores del concurso. Netta, la representante de Israel, es la que más tiempo ha estado en lo más alto, siendo intocable hasta esta misma semana, en la que Alexander Rybak, de Noruega, y Eleni Foureira, de Chipre, han destacado en sus actuaciones de semifinales y han suscitado un cambio de tornas. Madame Monsieur, la pareja francesa, siempre se ha movido entre los tres primeros puestos, siendo muy estable y recibiendo el apoyo de críticos y expertos que la ven como probable ganadora.

El resto de favoritos, Bulgaria, Estonia y República Checa también pueden optar a la victoria según los participantes de las apuestas, y es que Equinox, el grupo búlgaro, con una escenografía oscura, unas potentes voces y una ambientación futurista tendría todo lo suficiente para recolectar votos. Elina Nechayeva, la cantante lírica que representa a Estonia, ofrece una actuación muy visual, ataviada con un vestido en el que se proyectan diferentes imágenes, y Mikolas Josef, el checo, hace bailar al público con una actuación divertida y desenfadada.

Si bien estos son los nombres que se barajan, las casas de apuestas no son una ciencia exacta. El pasado año el italiano Franceso Gabbani, que iba de primero en los pronósticos, obtuvo finalmente una sexta posición en el certamen con su Occidentali's Karma.

Canciones con mensaje

Feminismo, refugiados, terrorismo y diversidad sexual son algunos de los aspectos que estarán presentes en el escenario luso. Toy, la canción israelí, es un canto al poder de la mujer. Con frases como I'm not your toy, you studpid boy (No soy tu juguete, chico estúpido), Netta invita a celebrar una noche de libertad. Together, el tema del irlandés Ryan O'Shaughnessy, habla sobre las historias de amor de diferentes sexos, acompañado de una coreografía en la que dos hombres representan una relación de amor.

Los mensajes más humanitarios y reivindicativos corren a cargo de Francia y de Italia. Los primeros cuentan la historia de Mercy, un bebé que nació a bordo de un barco que acababa de rescatar a 945 inmigrantes en el mar Mediterráneo. "Soy todos esos niños que el mar se ha llevado", dice la letra de la canción, que forma un juego de palabras con el nombre de la niña, la palabra misericordia y agradecimiento del bebé por estar viva.

Los segundos recuerdan a las víctimas de los atentados de Barcelona, Niza, París y Londres y realizan una clara crítica a la sociedad occidental.