Facebook no levanta cabeza. La red social se encuentra inmersa en un nuevo escándalo por no guardar a buen recaudo los datos de sus usuarios. En esta ocasión, se ha visto comprometida la información de tres millones de personas a través de una aplicación para realizar test de personalidad, integrada en la plataforma de Mark Zuckerberg. Facebook es consciente del peligro de las apps que alberga en su red social. Por eso, este mismo lunes suspendió 200 aplicaciones como método preventivo.

Los parches de Facebook no parecen ser suficientes para tapar la herida que sufre la red social. La filtración de datos de sus usuarios es una realidad. Primero fue la empresa Cambridge Analytica, que utilizó los datos de 87 millones de usuarios para llevar a cabo propaganda política. Hoy, la aplicación My personality compromete los datos de tres millones de usuarios de Facebook, tal como revela una investigación publicada por la revista británica New Scientist. La función de esta aplicación era realizar test psicológicos a los usuarios a través de una batería de preguntas para determinar qué tipo de persona son. La curiosidad de tres millones de usuarios por conocer nuevos detalles sobre su personalidad ha puesto en riesgo sus datos. La información obtenida por esta aplicación no se guardó con la suficiente cautela y ha estado accesible durante cuatro años, según denuncian los académicos de la Universidad de Cambridge que llevaron a cabo la investigación.

Las fisuras de seguridad de esta aplicación no eran desconocidas para Facebook. El pasado 7 de abril retiró My Personality de su plataforma. Este mismo lunes ha borrado otra remesa de aplicaciones. En concreto, ha eliminado 200 plataformas integradas en la red social "a la espera de una investigación exhaustiva sobre si han hecho un mal uso de cualquier información", explica Facebook en un comunicado. Y sigue: "Cuando encontremos evidencia de que estas u otras aplicaciones hicieron mal uso de los datos, los prohibiremos y notificaremos a las personas afectadas".

Como ocurrió tras el escándalo de Cambridge Analytica, Facebook analiza el volumen de los daños e informa a lo afectados. Nada más. Aunque reconocen que aún les queda trabajo por hacer y les "llevará mucho tiempo" investigar todas las aplicaciones de terceros integradas en Facebook, no revelan el antídoto para terminar con la fuga de datos de su red social.

No es el único frente abierto para Facebook. Al gigante tecnológico también le toca poner remedio a las fake news (noticias falsas). La semana pasada anunció un centro de control de noticias en Barcelona pero hay más. La red social se plantea un modelo de pago, libre de publicidad y sobre el que se pueda ejercer un control más férreo. La plataforma de Menlo Park ha llevado a cabo estudios de mercado para saber si un Facebook de pago sería viable. Eso sí, el Facebook gratuito, en el que todo vale, no dejará de existir.