La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció ayer que la epidemia de ébola en la República Democrática del Congo (RDC) no reúne, por el momento, las condiciones para considerarla una emergencia sanitaria con impacto internacional. "Hemos determinado que no se reúnen las condiciones para declarar una emergencia sanitaria de preocupación internacional, aunque hay desafíos importantes, como el riesgo de una propagación rápida", declaró en Ginebra el presidente del Comité de Emergencia de la OMS, Robert Steffen.

Un grupo de científicos analizó extensamente la evolución del ébola en la RDC y formuló una recomendación en ese sentido al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Steffen encomió todas las medidas de control que se han tomado en los diez días transcurridos desde que se detectó el brote de ébola, incluyendo el reforzamiento de la vigilancia epidemiológica para identificar rápidamente nuevos casos, la inmediata movilización del Gobierno y la participación de las comunidades a este esfuerzo.

Asimismo, destacó la puesta en funcionamiento de un laboratorio móvil que permite analizar las muestras directamente en la zona remota donde se concentran los casos, así como el establecimiento de un puente aéreo para el transporte de suministros y personal. "Todas estas medidas nos hacen creer que la situación puede ser controlada y el avance en los preparativos para el uso de una vacuna aumenta nuestro optimismo", declaró el presidente del Comité de Emergencia.

Por su parte, Tedros Adhanom indicó que se prevé que mañana empiece la vacunación de los contactos de las personas contaminadas, así como del personal sanitario que trabaja para contener la epidemia. En los próximos días, el país debe recibir un total de 9.000 dosis suministradas por la OMS y Gavi, una alianza público-privada para el acceso a las vacunas en los países pobres.

La grave epidemia de ébola que afectó a África occidental entre 2014 y 2016 remitió en última instancia gracias a las campañas de inmunización que se efectuaron.