La reválida arrancó ayer para los alumnos de 3º de Primaria con cuarenta preguntas de Matemáticas y de competencia lingüística. Y un año más, no todos hicieron la prueba. La Xunta cifró el absentismo en el 38%, un porcentaje que la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público elevó a más del 80%. Unas cifras, por ambas partes, muy similares a las del año pasado.

Estas pruebas de diagnóstico, con las que la Consellería de Educación quiere medir el nivel educativo del alumnado para luego decidir si debe introducir cambios en su política, continúan hoy, y los días 29 y 30 de mayo les toca a los estudiantes de 6º de Primaria y 4º de ESO. Eso sí, en esos casos sólo se realizarán en 290 y 160 centros, respectivamente. Y en ningún caso, el resultado afecta al expediente académico de los alumnos.

Más de veinte mil estudiantes estaban llamados ayer a las pruebas y en los exámenes de Matemáticas se les plantearon problemas para comprobar si ya se manejan con soltura con las horas y el calendario, o si saben contar monedas y billetes, o si son capaces de entender datos cuando éstos aparecen reflejados en gráficos de barras. Identificar diferentes tipos de ángulos y redondear cifras, distinguiendo unidades, decenas y centenas fueron otras cuestiones planteadas.

Además tuvieron que leer un texto sobre las diferencias entre estrellas y los planetas, escuchar un audio sobre los faros y luego contestar preguntas al respecto, que valdrán para medir si entendieron lo que habían leído o escuchado. Y a partir de unos pictógramas escribir una redacción de al menos ocho líneas. El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, defendía ayer que estos exámenes son "una ayuda para que el sistema educativo mejore". También reconoció que le "gustaría que fuera más elevada" la participación". "Las familias son soberanas en este ámbito y adoptan las decisiones que entienden mejor para ellas", añadió.

En cambio, la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público volvió a cuestionar la validez de las pruebas y llamó a su boicot, y se manifestó a las puertas del Parlamento gallego. El vicepresidente de las ANPAs Galegas, Fernando Lacaci, considera las reválidas "absurdas" y "estúpidas" que "solo conducen a perder dos días de clase", a "introducir en un estrés innecesario" al alumnado y a gastar "50.000 euros de fondos públicos".

También afirmó que la Lomce, la ley educativa en vigor, busca, con la ayuda de mecanismos como las reválidas, "echar fuera a los que no interesan que estén dentro del sistema educativo". "Intentan recentralizar el proceso desde una perspectiva de un nacionalismo español del que estamos bastante hartos", remarcó.

Por su parte, el secretario nacional de la CIG-Ensino, Suso Bermello, felicitó a todas las familias que "un año más fueron capaces de salvar todos los problemas de conciliación" para no enviar a sus hijos al colegio en señal de protesta. También agradeció el apoyo del profesorado que en los centros públicos, y "siempre respetando la legalidad, informó a las familias convenientemente desmontando la campaña de desinformación que tiene la Xunta".

Por su parte, la parlamentaria del BNG Olalla Rodil mostró el apoyo de los nacionalistas a la concentración y al boicot a las reválidas. "Nosotros insistimos en derogar la Lomce, tumbar esa ley antigallega, privatizadora, clasista y que va en contra de la educación pública como un derecho fundamental". Por ello, insistió en que las instituciones de la comunidad "se pongan a trabajar en la redacción de una ley gallega de enseñanza".