Licenciado en Bellas Artes y con una amplia trayectoria artística, Tom di María llegó a la dirección del Creative Growth Art Center de California en 2018 sin haber trabajado previamente con personas discapacitadas. Eso sí, reconoce estar sensibilizado con las necesidades del colectivo ya que, en su infancia, tenía dos amigos con síndrome de Down a los que veía que mucha gente no trataba como a los demás, algo que él no entendía.

- Parten de la base de que toda persona tiene potencial creativo, ¿cómo detectarlo?

-Más que en detectar el talento nosotros creemos en dar la oportunidad de sacarlo a relucir porque partimos de que todo humano puede crear, todos nacemos con talentos, con capacidades. Esto se puede ver claramente en los dibujos de los niños, siempre hay creatividad en sus producciones, pero después a través de la educación y de la sociedad se les empieza a decir lo que está bien, lo que está mal y se frena el talento. En el caso concreto de discapacitados que han estado un poco fuera de la sociedad es cierto que no ha habido esa interrupción, esa acción externa de lo que está bien o lo que está mal y nos llega virgen esa creatividad o talento.

- ¿Faltan lugares donde dar la oportunidad a la gente de demostrar sus talentos?

-Sí, faltan lugares y un entorno que fomente la creatividad. Para ello debe ser un entorno que no debe ser crítico y no tienen que decir lo que está bien o está mal. Nosotros, por ejemplo, no proporcionamos formación formal y por tanto no le decimos a los artistas 'esto lo has hecho bien, esto te salió mal'; nosotros, lo que les decimos es '¿qué has dibujado?'.

- ¿Qué aspectos positivos tiene el arte para las personas con diversidad funcional?

-Se sienten más valorados, pueden ganar dinero, pero sobre todo una de las ventajas es que ven que la gente reacciona de manera positiva a lo que ellos hacen porque la mayoría están acostumbrados a que les den a entender o directamente les digan que no valen para nada o que lo que hacen está mal hecho. Y de repente les dicen que lo que hacen está muy bien hecho y esto les cambia totalmente. Además, nosotros vemos cómo ellos pueden observar el mismo mundo que vivimos nosotros pero con una perspectiva distinta, ellos usan el arte como vehículo para traducir cosas que nosotros también sentimos pero que ellos se ven obligados a expresar de otra manera.

- ¿Por qué el arte puede ser un vehículo de expresión universal?

-Es una poderosa forma de expresión común a todos, un lenguaje común. Nos permite saber qué piensan personas con limitaciones que igual no podrían expresarlo si no fuese a través del arte.

- ¿Qué balance hace de estos 18 años en el Creative?

-Mi trabajo me aporta grandes cosas. Cada día aprendo algo como persona y como artista. Es importante ver cómo gente que ha sido ignorada por la sociedad por el mero hecho de ser distintos pueden mostrarnos todo lo que pueden aportar.