En una década se efectuaron 3.172 trasplantes renales gracias a la donación de vivo, y en el último año se llegó a los 332, podría decirse que es una gota de agua dentro de los datos totales de trasplantes renales, un total de 3.269 en 2017 -gracias al donante fallecido-, pero muy importante para la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que trabaja en fomentar este tipo de donación, así como la figura del donante buen samaritano.

En España, se realiza un trasplante de donante vivo casi a diario. Aún no se ha llegado al objetivo marcado, el que establece su Plan 50x22 y con el que se espera alcanzar en los próximos cinco años los nueve trasplantes renales de vivo por millón de población (p.m.p), frente a los 7,1 p.m.p de 2017, y que supondría contar con un mínimo de 400 donantes vivos de riñón al año.

Este objetivo adquiere especial relevancia en el Día Nacional del Donante de órganos, tejidos y células, que se conmemoró ayer, dedicado precisamente al donante renal de vivo, bajo el lema La donación da mucha vida. "La ONT agradece a los donantes y a sus familiares su solidaridad y recuerda que la donación de órganos es un acto de generosidad extrema, reconociendo en este día el especial valor de dicho acto cuando la donación se produce en vida", señaló la organización.

La donación renal de vivo permite realizar un mayor número de los trasplantes renales cruzados, una opción que se puso en marcha en nuestro país en 2009. Desde entonces, 194 pacientes se beneficiaron de este tipo de trasplante, catorce durante el pasado año.

En la actualidad, España tiene en marcha un programa de Trasplante Renal Cruzado Internacional, en el que también participan Italia y Portugal. Siete de cada diez donantes son, en este caso, mujeres y los receptores suelen ser familiares.