"¿En alguna ocasión se han llegado a aprovechar sexualmente de ti tras haberte dado alcohol u otras drogas?" A la pregunta responden afirmativamente un 2,9% de jóvenes gallegos de entre 14 y 24 años y, si solo se analiza a los menores de edad de ese grupo, es decir, los de entre 14 y 17, un 2,4%. Así aparece en un estudio piloto realizado por investigadores de las Universidades de Santiago y de Vigo entre más de 1.500 estudiantes gallegos y cuyos responsables son los profesores Antonio Rial Boubeta y Manuel Isorna Folgar.

Los porcentajes, si se aplican a las cifras de población en estas edades, como apunta Rial Boubeta, se traducen en más de 6.400 jóvenes en general y serían casi 2.000 si se analizan los que no han cumplido la edad adulta. Este especialista en el análisis del consumo de drogas y los usos problemáticos de las nuevas tecnologías entre los jóvenes indica que la pregunta se realizó de esa manera literal y que no se especifican conductas concretas a las que se referiría la expresión "aprovecharse de ti". "Fundamentalmente", explica, "porque es un tema muy sensible y personal, difícilmente evaluable en una encuesta", por lo que demanda "prudencia" a la hora de hacer interpretaciones.

En todo caso, sí recalca que el dato, que aplicado al ámbito español supondría que casi 135.000 jóvenes sufrieron unos comportamientos que pueden incluir, entre otras, desde besos, caricias o toqueteos hasta penetración, lo que hace es "revelar la existencia de prácticas relativamente comunes entre nuestra juventud que deben llevar a la reflexión, ya que constituyen un caldo de cultivo cuando menos preocupante y de alguna forma concuerdan con los hechos lamentables que últimamente estamos viviendo". Además, avisa, se trata de prácticas que "se están asentado entre los jóvenes a edades cada vez más tempranas".

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Las encuestas se realizaron a alumnos gallegos desde el 2º ciclo de la ESO a la Universidad y por ello permite disponer de unas primeras cifras "aproximativas". A falta de hacer una encuesta masiva entre adolescentes, para la que están buscando el apoyo de la Xunta, que confían en obtener dada la relevancia social del tema y la "sensibilidad" de la Administración gallega, consideran que los resultados deben ser "interpretados con cautela". Aun así, destacan que supone contar con un trabajo pionero en el aspecto empírico de este campo y Rial Boubeta cree que los datos "están reflejando una realidad que probablemente sea mayor de lo que las cifras arrojan" -a veces las víctimas no recuerdan qué ocurrió, por ejemplo- y que "muchos casos pueden ser casos de abusos sexuales".

Los autores sostienen que en los últimos años la sociedad asiste "al aumento de actitudes y conductas sexista y, por extensión, al uso cada vez mayor de las drogas como facilitadoras de conductas que podrían catalogarse como abuso o asalto sexual, fundamentalmente alcohol y otras sustancias, como puede ser el caso de la popular burundanga". En todo caso, Rial Boubeta apunta que lo más utilizado es el alcohol.

Precisamente se acaba de divulgar una encuesta sobre la "Percepción Social de la Violencia Sexual" que muestra que casi la mitad de los españoles cree que el alcohol es a menudo el causante de una violación y un 15 % opina que si la víctima fue agredida mientras estaba borracha tiene parte de culpa.

En ese contexto denuncian menos los más mayores, como señala Rial Boubeta, aunque en este grupo el problema sea más grave (son el doble los que declaran que se aprovecharon de ellos tras haber consumido alcohol u otras drogas). Muchos jóvenes, indica, no lo quieren admitir por cierta "penalización social". El estudio muestra que casi la mitad de los jóvenes conoce a alguien que acostumbra a invitar a alcohol u otras drogas como método para ligar, un 37,5% refiere haber sido invitado, porcentaje del que el 71% son chicas (aunque se han visto en la misma situación uno de cada tres menores) y, además, al 7,2% le han dado alguna vez alcohol u otras drogas con la intención de aprovecharse sexualmente de él y ella.

Los que admiten haber sido objeto de ese aprovechamiento son mujeres en 3 de cada 4 casos mientras que uno de cada tres son menores de 18 años. Solo el 15,3% acude a urgencias o a un servicio medico y solo uno de cada diez llega a denunciarlo, explican los autores. El 6,1% de los entrevistados se ha despertado alguna vez desorientado y con la sospecha de que le habían drogado.