Uno de cada ocho gallegos ha solicitado en alguna ocasión que se valorase su posible discapacidad y en casi 232.000 casos el resultado ha sido el reconocimiento de un grado de discapacidad de al menos el 33%. De este modo consta en censo anual de personas con diversidad funcional difundido por la Consellería de Política Social, donde destacan que más de 13.000 personas, la mitad de ellas con como poco 75 años, precisan de la asistencia de una tercera persona para desenvolverse en su día a día.

Según la Administración autonómica, más de 13.000 gallegos con discapacidad tienen reconocida la necesidad de ayuda de alguien, y aunque el grueso lo conforman los más mayores (6.238 tienen más de 74), comparten la necesidad de un apoyo casi un millar de jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años.

El departamento que dirige José Manuel Rey Varela desgrana también en sus estadísticas la distribución de la población con discapacidad que tiene reconocida la situación de dependencia, engrosada por el triple, más de 39.000 ciudadanos, y en donde, de nuevo, el grupo más envejecido vuelve a ser el más numeroso, al acaparar el 60% de los casos. En esa tesitura, no obstante, también se encuentran más de 2.000 niños y adolescentes que no han cumplido los 16 años y casi 2.200 jóvenes menores de 30 años.

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En cuatro de cada diez casos, quienes combinan discapacidad con dependencia son grandes dependientes, es decir, lo son en el grado más severo y, por tanto, "necesitan ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal", como explican desde el Ministerio de Sanidad.

Los datos recopilados por la Xunta muestran asimismo la distribución en Galicia de los ciudadanos que por su discapacidad tienen reconocidas dificultades de movilidad para la utilización de transportes colectivos y ascienden a más de 26.600. Casi la mitad (12.000) reside en la provincia de A Coruña, mientras en Pontevedra habitan 9.100. Ourense, con 3.370, y Lugo, con poco más de 2.100, estarían a la cola, pero también son las provincias donde se concentra menos población.

En la misma medida, las estadísticas reflejan que las dos provincias atlánticas suman casi el 80% de las personas que tienen un grado de discapacidad superior al 33%, un colectivo donde imperan, otra vez, las edades más avanzadas: los jubilados suponen el 53% y, en concreto, los que han soplado como mínimo 75 velas son uno de cada tres. Dado que las mujeres tienen una esperanza de vida superior a la de los varones, en esa franja de edad ellas son el 62% de quienes tienen una discapacidad.

El censo publicado por la Consellería de Política Social y actualizado a 31 de diciembre de 2017 incluye el número de discapacidades reconocidas (pueden ser varias en una misma persona). Las físicas son las mayoritarias, con 172.958 casos. Le siguen las mentales (47.163), intelectuales (44.965), sensoriales (43.200) y las enfermedades raras (220).

Los diagnósticos de discapacidad sensorial se distribuyen por tipologías en: auditiva (26.037 casos en la comunidad gallega, según este informe), visual (23.655), del lenguaje (3.729) y otros (49), mientras que entre los diagnosticados con discapacidad intelectual se incluyen 19.094 personas con trastornos del desarrollo.