El papa Francisco pidió ayer perdón por las heridas y ofensas provocadas a la población de la ciudad chilena de Osorno, dividida por la designación del obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales, en un mensaje leído durante una misa por uno de sus enviados, monseñor Charles Scicluna.

"El papa Francisco me ha encargado pedir perdón a cada uno de los fieles de la diócesis de Osorno y a todos los habitantes de este territorio, por haberles herido y ofendido profundamente", indicó Scicluna durante la ceremonia realizada en la Catedral San Mateo de Osorno, 930 km al sur de Santiago.

Los enviados papales Scicluna y Jordi Bertomeu encabezaron la misa que busca reparar y reconciliar una comunidad de laicos dividida por la designación como obispo de Juan Barros, acusado de encubrir los actos de pederastia de Fernando Karadima, en un escándalo que destapó la peor crisis de la historia de la iglesia en Chile.