Un total de 30 menores coruñeses se encuentran a la espera de una familia de acogida con la que vivir mientras sus padres biológicos no se pueden hacer cargo de ellos por diferentes problemas -económicos, judiciales o de salud-, según informa Cruz Roja, la entidad que gestiona el programa de Acollemento Familiar en Galicia, en colaboración con la Consellería de Política Social. Se trata de pequeños que, por sus características, suelen tener más dificultades para encontrar un hogar temporal. "Son grupos de hermanos, niños mayores de 8 años o que tienen algún tipo de discapacidad o problema de desarrollo o aprendizaje", indica la directora del área de Menores, Mujeres e Igualdad de Cruz Roja A Coruña, Clara Tello.

Pese a que la entidad tiene un banco de familias dispuestas acoger -en la actualidad formado por 153 hogares-, no siempre encajan con las necesidades de los menores que precisan una residencia temporal. Por ello, no es raro que haya familias a la espera de tener asignado un menor y a la vez, niños que aguardan por una familia. El interés del menor prima por encima de todo y por ello, los responsables del programa analizan con detalle cada caso para ver qué necesidades tiene el niño (igual no es aconsejable que se traslade de localidad, se recomienda que viva con otros niños o que la familia de acogida tenga horarios muy flexibles) y buscarle la familia que mejor encaje. No siempre es posible. En la actualidad, por ejemplo, solo 86 familias de las 153 del banco tienen algún menor en acogida -hay 108 niños coruñeses en esta situación- y 30 continúan a la espera de familia.

De esta treintena de menores que precisan una familia de acogida en la provincia de A Coruña, hay cinco grupos de hermanos -de dos y tres integrantes-, indica Tello, quien explica que normalmente "se aconseja que los hermanos sean acogidos juntos para que no pierdan el vínculo y porque son más sencillas las visitas de la familia biológica". "Sin embargo, a veces, ocurre lo contrario que es bueno separarlos para que restablezcan su situación emocional", sostiene. A ellos hay que sumar nueve niños que son mayores de 12 años. "Están en las puertas de la adolescencia y las familias suelen tener cierto miedo a no saber manejar la situación", indica Tello, quien reconoce que es un falso mito. "La edad no es un índice de fracaso. En ocasiones los niños pequeños vienen con una historia de vida detrás que pueden hacer más compleja la acogida", asegura. Otra cuestión que dificulta el acogimiento es si el menor tiene algún tipo de discapacidad o dificultar de aprendizaje o de desarrollo. "Ahora mismo hay trece niños que tienen alguna de estas dos condiciones: o son mayores de 12 años o tienen algún tipo de didificultad o discapacidad", indica.

El programa de acogimiento es una medida de protección de los menores que, de forma temporal, no pueden ser atendidos adecuadamente por su familia biológica debido a graves problemas económicos, a que los padres están en la cárcel o porque su hogar no reunía las características mínimas para una crianza adecuada. Se trata de una acogida temporal, sin derecho a adoptar al menor, y donde se busca dar un hogar a los niños mientras sus padres solucionan sus problemas. Por ello, los menores tendrán contacto con su familia biológica.