Cinco sacerdotes católicos que aseguran conocer el funcionamiento de la sociedad Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como los Miguelianos, pidieron ayer "pararle los pies" al fiscal encargado del caso y solicitan a la Fiscalía de Pontevedra que lo aparte del proceso. Los sacerdotes indicaron ayer, en una comparecencia pública celebrada en Pontevedra, que la acusación contra esta orden, calificada por el fiscal como "secta destructiva", es un nuevo episodio de la "larga historia de persecuciones" contra la Iglesia Católica y, además, "está siendo muy duro".

El fiscal Juan Pablo Martínez ha solicitado 66 años de cárcel para el líder de la extinta Orden y Mandato San Miguel Arcángel, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, por tres delitos contra la libertad sexual, cinco de coacciones, doce contra la integridad moral y uno de asociación ilícita, además de otras seis personas, entre ellas dos pseudomonjas o consagradas, para las que solicita dos años de prisión por un delito de asociación ilícita.

Los sacerdotes Juan Luis Castón, Eduardo Lostao, José Ignacio Martín, Telmo Lago y Héctor Ramírez -este último no asistió a la comparecencia pero suscribe la demanda- aseguran haber sido testigos del funcionamiento de la orden, que era "perfectamente normal", dentro de la doctrina y las prácticas de la Iglesia Católica.

En su opinión, la situación actual es consecuencia de una "trama corrupta" que comenzó hace cincos años por parte de un grupo de sacerdotes que "decidieron acabar" con el líder de la orden y con la propia orden, y señalaron que tras esa iniciativa están un excapellán de esa asociación, Isaac de Vega, actualmente internado en el centro penitenciario de A Lama, y varios curas del Opus Dei, a la que acusan de ser "cómplice" de esta "persecución". Los curas dicen que todo el proceso judicial comenzó con una "denuncia camuflada" de De Vega en un informe "ilegal" de un detective y opinan que el escrito del fiscal es "una réplica de esa denuncia".