Más de 1.800 personas murieron en España en 2016 debido a accidentes de tráfico, según los datos del último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). Varios estudios científicos indican que menos del 0,5% de estos siniestros en los que hay heridos son provocados por la enfermedad del conductor. Entre las patologías que entrañan un mayor riesgo de accidente se encuentran algunas cardiopatías que pueden conllevar la pérdida de conciencia. España acaba de introducir una enmienda al Reglamento General de Conductores para adecuarse a la normativa europea en lo referente a las aptitudes para obtener o renovar el permiso de conducir en el caso de los pacientes con estas patologías.

"Las cardiopatías que presentan mayor riesgo al volante son aquellas que entrañan mayor riesgo de pérdida súbita de conocimiento como las arritmias graves, ya sean por baja frecuencia cardiaca (bradicardias) o muy alta frecuencia cardiaca (taquicardias), o en algunos casos de infartos de miocardio que debutan con una arritmia maligna u otras complicaciones muy graves, así como los casos de síndrome aórtico agudo (rotura de aneurisma aórtico, disección aórtica) o enfermedades graves de las válvulas, si bien es raro que estas últimas presenten pérdidas de conocimiento en situación de reposo", explica Marisol Bravo Amaro, médica gallega, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Para minimizar este riesgo al máximo, la doctora Bravo aconseja a estos pacientes que sigan las indicaciones de su médico, realicen paradas (al menos cada dos horas) y se hidraten adecuadamente. "También es importante que lleven sus informes médicos y la medicación necesaria para completar sus vacaciones, máxime si viajan a otro país", afirma.

La cardióloga clínica aplaude la enmienda al anexo IV del Reglamento General de Conductores que lo adecua a la normativa europea en el caso de los pacientes con cardiopatías. La nueva norma supone grandes cambios respecto a la previa, acortando los plazos para poder volver a conducir en algunos casos e incluyendo nuevos problemas. "Por ejemplo, por hablar de enfermedades cardiovasculares muy prevalentes, como el infarto de miocardio, previamente no se permitía ni renovación ni permiso de conducción de vehículo durante tres meses, mientras que esta normativa lo acorta a solo tres semanas. Esto cambia la perspectiva y facilitará, sin duda, la recuperación integral de los pacientes, así como su autonomía e independencia", comenta. En insuficiencia cardiaca se permite la conducción de turismos en aquellos pacientes que no tienen síntomas de la enfermedad en reposo; se reduce a dos semanas el periodo para volver a conducir tras el implante de un marcapasos. En pacientes que hayan sufrido un síncope se exigen seis meses sin recurrencias para volver a tomar el volante, salvo que la causa sea tratable, y los trasplantados podrán conducir siempre que no presenten síntomas en reposo.