El Pórtico de la Gloria, una joya universal del arte románico, quedó ayer oficialmente inaugurado con su nueva apariencia tras una restauración integral de diez años de duración que permitió aflorar los pigmentos originales de las esculturas, revelando una intensa policromía oculta por el tiempo, la humedad, suciedad, restos biológicos y mortero que le daban un aspecto monocromático grisáceo y apagado. "¡Precioso!", exclamó la reina Sofía bajo la obra del Maestro Mateo mientras recibía explicaciones sobre el proceso constructivo y las distintas rehabilitaciones. La reina emérita presidió el acto de inauguración de la última intervención, al que asistieron también el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el nuevo ministro de Cultura, José Guirao; el presidente de la Fundación Barrié de la Maza, José María Arias; o el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. El esplendor en sus albores era tal que el Pórtico de la Gloria "competía con el sol", soltó el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, durante los detalles que aportó a la reina emérita.

El resultado de los diez años de investigación y trabajos para restaurar el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago ya fue avanzado el pasado jueves a los medios de comunicación, pero ayer tocó su puesta de largo, su presentación oficial en sociedad. El presidente del Parlamento, Miguel Santalices; el delegado del Gobierno, Javier Losada; y el alcalde de Compostela, Martiño Noriega, completaban la comitiva de lujo que pudo apreciar en primer plano la nueva cara de la joya del románico. El público general aún tendrá que esperar casi un mes para poder contemplarla.

La intervención se realizó con el mecenazgo de la Fundación Barrié, que invirtió en la recuperación del icono 6,2 millones de euros.

La reina Sofía siguió con suma atención las explicaciones dadas por Daniel Lorenzo. "El Pórtico mira a poniente y la luz que reflejaba era tan intensa que competía con la del sol", llegó a decir el presidente de la Fundación Catedral.

Al acabar, Su Majestad preguntó por la calidad de los pigmentos utilizados, así como por si con la restauración recién terminada los resultados perdurarían "cientos de años". "Si la mantenemos y la conservamos, sí", le respondió Lorenzo. "¡Precioso!", acabó diciendo la reina sin dejar de mirar las figuras de la que fue la primera fachada de la catedral, después cubierta por otra de estilo barroco que es la que se ve ahora desde el Obradoiro.

La restauración permitió poner al descubierto hasta tres policromías fechadas en tres periodos distintos. La original, de hace ocho siglos, fue la más brillante por la calidad de los pigmentos. Se utilizó con profusión el lapislázuli, un elemento reservado para iluminar códices y escritos, y oro, para acentuar los reflejos. "Aquí está el oro más puro de la catedral", indicó Daniel Lorenzo.

Luego hubo otras policromías en los siglos XVI y XVII, y parte de todas ellas son las que se pueden observar ahora, pues en los trabajos no se añadió ningún color. Solo se sacó a la luz lo que había debajo de la mugre grisácea para devolver su esplendor a una obra considerada la Capilla Sixtina del arte románico.

"Uno tiene la impresión de estar pisando tierra sagrada", comentó Julián Barrio, que al igual que los demás intervinientes, destacaron la meticulosidad, rigor y éxito de la restauración. "Una obra para otros 800 años más", terció José María Arias, quien puso el valor de la Fundación Barrié para saber escuchar a administraciones, Iglesia y expertos antes de atacar la intervención. "Nadie nos puede negar este factor aglutinante", indicó. Añadió que la tarea fue tan detallista que los trabajadores hasta pusieron "apelativos cariñosos" a las figuras. "Se han ganado la gloria devolviendo el color", declaró.

"Impresionante" fue el resultado obtenido a juicio del ministro de Cultura, José Guirao. Subrayó además que la investigación realizada y el método fueron tan concienzudos que ahora se beneficiarán de los conocimientos adquiridos muchas otras restauraciones futuras del patrimonio español.

La intervención de cierre -en un acto que duró una hora justa, dentro de la catedral y con un auditorio reducido- correspondió al presidente de la Xunta. Destacó las tres obras de arte que se reúnen en un solo elemento: el propio Pórtico en sí, la restauración del mismo y el entendimiento entre administraciones públicas, Iglesia y la empresa privada para afrontar el reto.

Comentó que hace ocho siglos, Galicia ya tenía la capacidad para proyectarse en el mundo. "Es guardián de una obra que transciende el tiempo y las fronteras", añadió. Ahora queda la restauración de la nave central de la basílica, preparándose para recibir a los peregrinos del Año Santo de 2021, igual que el nuevo Edificio Fontán de la Cidade da Cultura.

Visitas, a partir del 27 de julio

Para que el público general pueda apreciar el restaurado Pórtico de la Gloria aún queda casi un mes. Las visitas serán gratuitas, pero estarán muy controladas. La previsión es que se inicien el 27 de julio en horario ininterrumpido de 08.00 a 22.00 horas, pero por grupos de 25 personas como máximo, sin posibilidad de reserva y en riguroso orden de llegada a las escalinatas de acceso desde la plaza del Obradoiro.

Pero a partir de octubre cambia, y mucho, el programa. Debido a que se iniciarán más obras de restauración en el nave central de la catedral, el Pórtico se encapsulará para evitar las filtraciones de polvo por lo que se establecerá otro régimen de visitas, del que por el momento no se conocen detalles, a expensas de lo que determinen los expertos.