La Guardia Civil detuvo en Salvaterra do Miño al propietario y responsable de un almacén ilegal donde se localizaron algo más de medio centenar de esculturas de arte sacro y unos 150 animales disecados de especies protegidas, además de piezas o elementos etnológicos susceptibles de pertenecer al Patrimonio Histórico. El propietario, de nacionalidad francesa y española, fue puesto en libertad con cargos y se enfrenta a delitos contra la fauna, el patrimonio histórico y cultural, receptación, tenencia ilícita de armas y contrabando.

Las investigaciones llevadas a cabo por el equipo del Seprona de la Guardia Civil de Vigo en el marco de la operación Hiposacro se iniciaron en mayo al detectar un anuncio a través de internet de la venta de algunos especímenes Cites (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre), en concreto una pata de hipopótamo y una tortuga.

Las indagaciones llevaron al Seprona hasta el pazo en Salvaterra y tras una primera inspección administrativa por la indocumentación de la pata y la tortuga, procedieron a su incautación además de un arma de fuego de avancarga y siete piezas arqueológicas que el dueño entregó voluntariamente.

Con el apoyo de la Fiscalía y la autorización del Juzgado hubo un nuevo registro en el que se aprehendieron 150 ejemplares de animales naturalizados, todos ellos de especies protegidas, cuya tenencia contravenía la normativa. En este apartado destacan 11 colmillos de marfil incautados, algunos de ellos tallados, cuyo valor en el mercado puede superar los 100.000 euros. Otras piezas de incalculable valor son los ejemplares completos de varios animales, entre ellos un leopardo de las nieves, un león, un tigre y el cuello de una jirafa. El registro concluyó con la incautación de medio centenar de tallas de arte sacro datadas por expertos entre los siglos XV y XIX y otras piezas de valor cultural y arqueológico, pendientes de peritación, algunas del Paleolítico, un lote de armas prohibidas denominadas "rompepiernas" y 13 bayonetas.

Anuncio sospechoso

El anuncio en internet de venta de un arma y una pata de hipopótamo despertó las sospechas de la Guardia Civil, que tras establecer contacto con el propietario a través de un chat, localizó la vivienda e hizo la primera inspección del pazo. El hecho de que el propietario se negase tajantemente a que entrasen en una de las edificaciones hizo sospechar a los agentes que podría haber más material oculto.