Dos mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en escasas horas: una, en la madrugada de ayer en Madrid, y por la mañana en La Felguera, en el municipio asturiano de Langreo, con lo que son ya 19 las víctimas mortales por la violencia machista en lo que va de año. Unos crímenes que fueron condenados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien se comprometió a "combatirlos con todos los instrumentos del Estado hasta terminar con la violencia de género".

El día amanecía encapotado en La Felguera. A las siete de la mañana, una vecina del barrio de La Pomar subía la persiana. Sobre la calle, yacía el cuerpo de un hombre. Poco podía sospechar la tragedia que aquel cuerpo inerte revelaría poco después. Luis Llaneza Llaneza, de 88 años, se había arrojado desde el edificio en el que vivía. Antes había dado muerte a su mujer, María Isabel Fuente Antuña, de 84 años y enferma de alzhéimer. La vecina, asustada, llamó de inmediato a la Policía Nacional. Los agentes accedieron al domicilio, en el que el matrimonio había residido toda su vida. En una habitación, sobre la cama, encontraron el cuerpo de la mujer, que había sido degollada por su marido.

Especialistas de la Policía Científica accedieron a la vivienda para tomar pruebas con las que esclarecer el suceso y cerrar la investigación. Poco había que rastrear. Luis Llaneza había dejado una carta manuscrita dirigida a sus tres hijos, en la que de forma escueta relataba lo sucedido como una situación inevitable y les pedía perdón. Era fácil suponer que, quizá superado por la enfermedad de su mujer, había decidido acabar de esta forma con el sufrimiento de ambos. Sería, lo que se denomina "un crimen por compasión". Aunque en la tarde de ayer fuese convocada una concentración, ante el Ayuntamiento de Langreo, en condena por un asesinato por violencia de género.

Estrangulada con un cable

La asesinada en Madrid era una ciudadana paraguaya de 47 años. Fue encontrada muerta con evidentes signos de violencia por un equipo de emergencias del Summa de la Comunidad de Madrid que acudió a su vivienda, situada en el barrio de Tetuán, tras recibir un aviso a la una menos cuarto de la madrugada. El crimen tuvo lugar en un pequeño local a pie de calle y transformado en vivienda. La mujer se encontraba en el suelo y había sido estrangulada con un cable enrollado al cuello presuntamente por su expareja, un hombre de 44 años de nacionalidad cubana que tenía una orden dictada por un juzgado para no acercarse a la mujer. El presunto asesino se entregó en la Comisaría de Policía de Tetuán después de que los agentes le convencieran de que lo hiciera hablando con él por el móvil.