El Gobierno eliminará las reválidas y la asignatura de Religión dejará de contar para nota. En su primera comparecencia a petición propia en el Congreso de los Diputados la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, anunció la derogación "urgente" de varios artículos de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) aprobada a finales de 2013 por el Ejecutivo del Partido Popular bajo la batuta del exministro de Educación José Ignacio Wert.

Además de anular las evaluaciones finales de etapa o reválidas, eliminará los itinerarios que marcaba la Lomce a partir de los 13 años ya que, según Celaá, "condicionan las opciones y el futuro del alumnado según su rendimiento". La ministra recalcó la reforma de tres artículos (122, 127 y 135) para "recuperar la participación de la comunidad educativa en los consejos escolares de los centros públicos y concertados", lo que traerá también cambios en la elección de los directores de los centros educativos.

Celaá avanzó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere revertir el Real Decreto Ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo aprobado en 2012 por el Gobierno de Mariano Rajoy. A través de esta norma se fijaron medidas como la posibilidad de aumentar las ratios de alumnos por aula hasta un 20%, el incremento de la jornada lectiva del personal docente hasta 25 horas en Infantil y 20 horas en las restantes etapas o el aumento del plazo para sustituir a profesores hasta los diez días. La intención de Celaá es reducir el número de alumnos por docente, rebajar las horas lectivas semanales y acortar el número de jornadas para designar a un profesor sustituto.

La ministra pidió "colaboración" y "diálogo abierto" a los grupos de la oposición para el consenso. "Nadie tiene la solución completa, y más en educación. El Gobierno no las tiene todas, pero entre todos y todas podemos reunirlas", afirmó ante los portavoces de Educación de los grupos parlamentarios.

El puzzle de las evaluaciones

Religión dejará de tener efectos académicos: no contará para nota media ni para becas. La ministra expresó que no tendrá "ninguna alternativa en forma de asignatura espejo". Será obligatoria la materia de Valores Cívicos y Éticos, centrada en los derechos humanos y virtudes cívico-democráticas basada en la Declaración de París de 2015 y como existe, según la ministra, desde hace tiempo en otros países europeos.

La titular de Educación avanzó que eliminará las evaluaciones de etapa, conocidas desde la aprobación de la Lomce como reválidas. Este fue uno de los puntos más críticos, que provocó el rechazo de comunidad educativa y familias. La ley fijó una evaluación en 3º de Primaria y las de final de etapa: 6º de Primaria, 4º de ESO y Bachillerato. La intención inicial era que fuesen eliminatorias: si no se aprobaban el alumno no pasaría de etapa. Con el exministro Íñigo Méndez de Vigo, que llegó tras Wert, se acordó suspender el carácter eliminatorio de estos exámenes a la espera de alcanzar un pacto educativo. La de Bachillerato se paralizó. De este modo, en los últimos cursos se celebraron las evaluaciones de 3º, 6º de Primaria y 4º de ESO con carácter diagnóstico (las dos primeras censales y la segunda muestral). Celaá indicó que se recuperarán las evaluaciones diagnósticas en 4º de Primaria y 2º de ESO (en vigor antes de la Lomce) y también 'Programas de Diversificación Curricular' para apoyar a alumnos con dificultades.

Sobre Educación Infantil anunció un Programa de Cooperación Territorial con las comunidades dirigido a las familias con las rentas más bajas y adelantó también un Observatorio de Becas y Ayudas al Estudio para "revisar el modelo" y hacerlo "más justo y equitativo". Celaá habló también de medidas contra el abandono educativo, como facilitar la compatibilidad del empleo y la formación para los jóvenes.