El militar Alfonso Jesús Cabezuelo y el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, dos de los miembros de La Manada, podrán volver a ejercer. El Ministerio de Defensa les levanta la suspensión de sus funciones pero no les asignará destino hasta que no exista una sentencia firme. Tanto el soldado como el guardia civil fueron condenados a nueve años de cárcel por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016 pero el Tribunal Superior de Justicia de Navarra aún tiene que resolver los recursos y dictar sentencia.

El Boletín Oficial de Defensa (BOD) publicó ayer la orden de levantar la suspensión de sus empleos desde el pasado 22 de junio, el día en que salieron de la cárcel en libertad provisional. Ambos pasan a estar en "activo". En el momento que exista una sentencia firme, los cuerpos a los que pertenecen tendrán la última palabra. El militar quedará a disposición del general jefe del Mando de Personal del Ejército de Tierra y adscrito a efectos administrativos a la Subdelegación de Defensa en Sevilla, donde trabajaba. En el caso del guardia civil, se abrirá un procedimiento reglado en el que se estudie la infracción. Si fuera considerada una falta muy grave, la sanción prevista en el régimen disciplinario va desde la suspensión de empleo de tres meses a seis años, la separación de servicio o la perdida del escalafón.