Faltan plazas para mayores en residencias y sobra burocracia. Los plazos de la ley de dependencia no se cumplen. El Consello de Contas apunta que los mayores gallegos tienen que esperar de media 453 días desde que presentan una solicitud hasta que la Xunta les reconoce el derecho a beneficiarse de una plaza de atención residencial, "muy por encima de los seis meses que marca la legislación". Pero desde que se les da el visto bueno hasta que efectivamente ingresan en el centro pasan otros 154 días de media, cuando la normativa marca un límite de tres meses. Es decir, los dependientes gallegos deben esperar en total 607 días, casi dos años, para entrar a una residencia, y, entretanto, la carga de los cuidados de estos mayores enfermos recae sobre las familias.

Y Contas advierte que este tiempo medio de 607 días podría ser mayor para gran parte de los dependientes, puesto que en el cálculo se incluyen los plazos de ingreso de los casos de emergencia social, una vía de urgencia que utiliza la Xunta para ingresar en residencias a mayores en aquellos casos en los que no tienen a nadie que se haga cargo de ellos. De hecho, el aumento del número de ancianos que viven solos y la demora general para conseguir una plaza provoca que cada vez se recurra más a este procedimiento de emergencia.

El órgano fiscalizador pide a la Xunta "personal y medios suficientes" para agilizar los plazos y cumplir con los tiempos de espera que fija la ley.

En su informe el Consello de Contas insta también a la Xunta a incrementar las plazas en centros de mayores que considera "claramente insuficiente". Galicia tiene una ratio de camas de 3,05% sobre el número de mayores de 65 años, cuando en el conjunto del Estado se sitúa por encima del 4%. Para ello, según sugiere el órgano fiscalizador, debería empezar por "optimizar los recursos disponibles". Explica que desde 2010 la Xunta no ejecutó inversiones en las instalaciones de las residencias y algunas de ellas están "infrautilizadas" porque no están en las condiciones adecuadas para funcionar. Pone como ejemplo un geriátrico en Carballiño (Ourense), con capacidad para 80 personas, pero que solo tiene ocupadas 25 plazas.

El Gobierno gallego ha apostado por incrementar la oferta en residencias mediante conciertos y, de hecho, el 65% de las plazas que oferta la Xunta son privadas. En este sentido, Contas advierte que la ratio de personal en estos centros concertados es un 9% inferior a las residencias públicas y advierte que eso puede afectar a "la calidad de la atención".