Enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea y la sífilis no dejan de aumentar su presencia en Galicia. En conjunto, el número de caso se incrementó un 72% en la última década, aunque, si se analiza la evolución por separado, mientras la primera registraba el ejercicio pasado la incidencia más elevada en la comunidad desde el año 2000, con 248 casos, la segunda confirma una tendencia descendente que se iniciaba en 2015.

Así lo confirman las estadísticas difundidas por la Consellería de Sanidade relativas a 2017, que rebajan a 144 casos las notificaciones de sífilis. El número es un 6,5% inferior al trasladado en 2016 y casi un 15% más bajo si se compara con la cifra más alta desde 1995 (límite de los registros facilitados por el Sergas) que se dio en 2014, cuando se comunicaron un total de 169 casos. No obstante, aún supone que se declara una media de una docena de infecciones cada mes.

Profesionales sanitarios como el presidente de la Asociación Galega de Medicina Familiar, Jesús Sueiro, han apuntado en varias ocasiones que los incrementos en estas dolencias pueden estar relacionados con "cierto efecto de bajada de guardia desde que se controló la epidemia del VIH". Derivado de una pérdida de miedo a las enfermedades de transmisión sexual, se relega el uso de medidas protectoras. No obstante, advierte que las ETS "siguen siendo un problema".

En relación con el VIH, el último informe sobre la dolencia difundido por el departamento de Sanidade indica que mientras que los registros anteriores (casos de sida) mostraban esta enfermedad vinculada a la utilización compartida de material de inyección de drogas, "el registro de VIH muestra que actualmente en Galicia la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana deriva fundamentalmente de relaciones sexuales sin preservativo".